El Milan no se abre paso, Pioli arremete contra el Empoli. Y ahora el tercer puesto está en la mira de Roma

Giroud marca con el brazo en el minuto 89, pero Var vuelve a llamar a Marcenaro para anular el gol: los toscanos nunca tiran a portería, la pérdida rossoneri sin embargo no da resultado y los vigentes campeones se acercan a la Champions League con un empate sordo

La pérdida de preChampions trae un punto y ningún gol: el Milan frena con el Empoli en San Siro y se acerca a los cuartos de final de Copa ante el Napoli con ritmo de camarón. Menos precisión, menos malicia, menos juego que el 4-0 de Maradona y un pequeño escalón en la clasificación que desde luego no ayuda: la Roma puede pasar al tercer puesto.

La coartada de Pioli está en sus propias elecciones iniciales: un Milán que durante buena parte del partido no será el del miércoles. Ni en los hombres ni en la forma. ¿Y las faltas del técnico? Esos también, en las elecciones: difícilmente un Milán tan experimental y diferente pueda seguir el ritmo del que admiraron el pasado domingo… Empoli se va a casa con un punto en San Siro, tras el triunfo de enero ante el Inter: nada mal para un equipo capaz de producir apenas un remate a puerta, en el último minuto de esta noche.

Sin puntos de venta

Pioli cambia de cinco respecto al Nápoles, pero además de los hombres, la revolución está en la puesta a punto: dibuja un Milán con un inédito 4-2-2-2 en el que Saelemaekers y Bennacer son centrocampistas ofensivos «cercanos», por detrás Origi y Rebic, mientras que el ancho corre por los pies de Calabria y Hernández, que suelen empezar en la línea de falta lateral. La jugada desplaza a Empoli sobre todo en los primeros minutos, cuando Perisan tiene que hacer milagros sobre Rebic (enviado a puerta por Saelemaekers) y luego sobre Theo. A la distancia, sin embargo, el 4-3-1-2 de los toscanos toma las medidas de los rossoneri, también porque los piolianos se amontonan en el centro y muchas veces terminan siendo legibles. Empoli nunca asusta a Maignan porque la actitud es derrotista, pero los locales no hacen mucho por romper el equilibrio. Se necesita un buen pase en profundidad de Tomori para Rebic, al final de la primera parte, para ver de nuevo a los rossoneri en el área de portería: el tiro del croata, sin embargo, es tan desequilibrado como su tarde. No es que su compañero lo haga mejor, al contrario: Origi parece mantenerse alejado de balones potencialmente peligrosos, para que Luperto lo controle es un juego de niños.

Silbatos en Origi

En la segunda mitad sigue la misma jugada hasta el minuto 70, es decir hasta que Origi y Rebic permanecen en el terreno de juego: el croata manda de cabeza fuera de buena posición, el belga logra envolverse a tiro de piedra de la portería. Cuando Pioli le vuelve a llamar al banquillo junto a Rebic, llueven abucheos desde San Siro. El Milan del último segmento del partido es el de los mismísimos dueños: entran Díaz, Leao y Giroud. El portugués lanza un balón que Florenzi (en lugar de Calabria) tira al poste, el español se cuela entre las camisetas blancas y llama a Perisan al desfile vespertino, el francés marca… pero con un brazo. El árbitro cancela mientras los 72.000 en el Meazza siguen vitoreando. El Milan también empujó en los 9 minutos del tiempo añadido, pero el muro del Empoli no se derrumbó. Y San Siro se queja.



ttn-es-14