El máximo diplomático chino debe preparar el camino a Xi Jinping con una visita a EE.UU.


El gobernador de California, Gavin Newsom (izquierda), le da la mano al ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, durante una reunión en Beijing.Imagen Ng Han Guan / AP

La visita de Wang Yi es parte de una reciente serie de propuestas entre Estados Unidos y China destinadas a mejorar las comunicaciones en un momento de crecientes tensiones geopolíticas. Su viaje de tres días a Estados Unidos parece tener como objetivo preparar una posible visita del líder chino Xi a la cumbre de Apec en San Francisco en noviembre. Beijing aún no ha confirmado la llegada de Xi, pero la visita de Wang Yi es un buen augurio. Sería la primera vez en más de seis años que Xi Jinping viaja a Estados Unidos.

El presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo chino Xi se reunieron por última vez en noviembre de 2022 en la cumbre del G20 en Indonesia. Luego acordaron mejorar las comunicaciones entre los dos países, pero esa intención se vio frustrada por un incidente con un «globo espía» chino. Posteriormente, las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos se desaceleraron a medida que Xi fortaleció los vínculos con el presidente ruso Vladimir Putin.

Sobre el Autor
Leen Vervaeke es corresponsal en China de de Volkskrant. Ella vive en Beijing. Anteriormente fue corresponsal en Bélgica.

Wang Yi y Blinken discutirán «cuestiones bilaterales, internacionales y regionales» en Washington, según el anuncio oficial. La guerra en Israel y la Franja de Gaza ocupa un lugar destacado en la agenda. Estados Unidos quiere que Beijing utilice su influencia en Medio Oriente para garantizar que el conflicto no se extienda más. Beijing tiene buenos vínculos con Irán, que apoya a Hamas y Hezbollah. Los expertos dicen que es poco probable que Beijing quiera ejercer mucha presión diplomática.

Tensión en el Mar de China Meridional

La visita de Wang Yi también se produce en un momento de crecientes tensiones en el Mar de China Meridional, donde los barcos chinos -ahora que el resto del mundo está distraído por Israel y Ucrania- se están comportando de forma cada vez más agresiva. El domingo, dos barcos chinos chocaron con barcos filipinos cerca de las islas Spratly, el peor incidente de este año. Beijing reclama la zona como propia, aunque un tribunal de arbitraje de las Naciones Unidas rechazó esa reclamación en 2016.

La visita de Wang Yi sigue a una ofensiva de encanto estadounidense de meses de duración, con visitas de numerosos ministros estadounidenses a China, incluida la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Acordó con su homólogo chino establecer un Grupo de Trabajo Económico y Financiero, dos foros en los que Estados Unidos y China discutirán asuntos económicos. Las primeras reuniones (digitales) de estos grupos de trabajo tendrán lugar esta semana.

El domingo, Estados Unidos también enviará una delegación al Foro Xiangshan en Beijing, una cumbre internacional sobre seguridad. Allí se reúne personal militar y de defensa de alto rango. La renuncia del ministro de Defensa chino, Li Shangfu, que estaba en una lista de sanciones de Estados Unidos, puede facilitar los contactos militares entre Estados Unidos y China. La dimisión de Li fue confirmada oficialmente el martes, tras semanas de especulaciones. Su reemplazo aún no ha sido anunciado.

Diplomacia a través de la cultura y el deporte

Además de todos estos contactos oficiales, también hay una intensificación de los contactos no gubernamentales entre Estados Unidos y China, la llamada diplomacia de la ‘vía 2’. Esta semana, por ejemplo, una delegación de treinta representantes del mundo empresarial, cultural y deportivo chino, entre ellos el jugador de baloncesto y ex jugador de la NBA Yao Ming, viaja a Nueva York. Irá a una gala con el estadista estadounidense y «amigo de China» Henry Kissinger y el embajador de China, Xie Feng.

Ambos partidos también han hecho declaraciones notablemente positivas en los medios de comunicación. El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jack Sullivan, enfatizó en un ensayo esta semana La política exterior que Estados Unidos no busca la caída de China, «como el colapso de la Unión Soviética», sino un «orden internacional libre, abierto, próspero y seguro». Incluso el periódico estatal nacionalista chino Tiempos globales Escribió el martes que «la interacción entre China y Estados Unidos muestra signos de recuperación».

A pesar de estas muchas voces positivas, los expertos esperan pocos resultados concretos de una cumbre Xi-Biden, aparte de evitar un mayor deterioro de la relación. Estados Unidos y China están en desacuerdo en muchas áreas, y esto no parece terminar pronto. Por ejemplo, Washington introdujo recientemente nuevas restricciones tecnológicas más estrictas, lo que significa que ASML, por ejemplo, sólo puede vender sus máquinas de chips más avanzadas a China con una licencia estadounidense.



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