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El multimillonario promotor inmobiliario René Benko ha sido expulsado de su imperio inmobiliario Signa en medio de una crisis de liquidez que amenaza con afectar a los prestamistas europeos expuestos al endeudado grupo austriaco.
En declaraciones a la televisión estatal austriaca el viernes por la tarde, el inversor de Signa, Hans Peter Haselsteiner, dijo que él y otros inversores de Signa tomaron nota de la salida de Benko “de manera afirmativa y positiva”.
Haselsteiner dijo que ahora se necesita una “solución de gran alcance” para Signa.
El derrocamiento de Benko fue informado por primera vez por el periódico austriaco Kronen Zeitung, del que Benko es parcialmente propietario. Signa, que durante mucho tiempo ha negado cualquier sugerencia de problemas financieros, no respondió a varias solicitudes de comentarios. Benko no pudo ser contactado personalmente para hacer comentarios.
Signa, que dice poseer una cartera apalancada de activos por valor de 27 mil millones de euros, incluida la propiedad conjunta de Selfridges en Londres, KaDeWe en Berlín y el edificio Chrysler en Nueva York, está buscando reestructurar sus operaciones. Está en conversaciones con sus principales accionistas sobre un salvavidas de emergencia, dijeron dos fuentes familiarizadas con las finanzas de la compañía.
Arndt Geiwitz, el destacado experto alemán en insolvencia que fue llamado a reestructurar Lufthansa en 2020, ha sido designado por la compañía con sede en Innsbruck para intentar encontrar una solución financiera a sus problemas.
Signa, un conjunto de cientos de entidades corporativas vinculadas a fideicomisos con sede en Liechtenstein, ha estado enfrentando vientos en contra durante más de un año.
La Galeria Karstadt Kaufhof, propiedad de Signa, se declaró en quiebra el año pasado, lo que provocó la ira pública contra Benko cuando la cadena de grandes almacenes más grande de Alemania eliminó miles de puestos de trabajo.
Signa insistió en que estaba financieramente protegida de los problemas de su cartera, destacando que sus activos principales -desarrollos de ultralujo en Europa conocidos como “Signa Prime”- han conservado su valor en medio de crecientes vacantes en el mercado minorista y de propiedades comerciales de Europa.
Otros problemas han obstaculizado los esfuerzos para recaudar fondos. Las oficinas de Signa fueron allanadas por la policía austriaca el año pasado como parte de una extensa investigación realizada por fiscales austriacos sobre corrupción de alto nivel. En febrero, Deutsche Bank cortó lazos con la empresa por preocupaciones sobre los riesgos financieros y de reputación de mantenerla como cliente.
En las últimas semanas, las revelaciones han profundizado las preocupaciones sobre la liquidez del grupo. El mes pasado se canceló un salvavidas de 150 millones de euros para Signa Sports United, su división de deportes minoristas en línea en dificultades, lo que obligó a la empresa que cotiza en la Bolsa de Nueva York a declararse en quiebra.
Y el trabajo en la Elbtower en Hamburgo, un proyecto de 700 millones de euros para construir el tercer edificio más alto de Alemania, se detuvo la semana pasada porque Signa dejó de pagar los salarios de los trabajadores.
Benko construyó Signa durante las últimas dos décadas y se convirtió en multimillonario cuando tenía 40 años. Forbes estimó su fortuna personal este año en 6 mil millones de euros.