El Utrecht Jaarbeurs está abarrotado de refugiados ucranianos. Es el lugar donde muchos ucranianos se presentan por primera vez a su llegada. Desde allí, después de un máximo de tres días, se dirigen a otros lugares de acogida holandeses, pero ahora no tienen adónde ir.
“Nos hemos quedado sin plazas”, dijo el lunes por la tarde la alcaldesa Sharon Dijksma en el lugar de recepción. Como en otros lugares de los Países Bajos no hay sitio, los refugiados ucranianos permanecen más tiempo en Jaarbeurs. “El centro se está hundiendo”.
La noche del domingo al lunes fue necesario colocar camillas adicionales para disponer de suficientes lugares para dormir. En realidad, los Jaarbeurs tienen capacidad para alojar a un máximo de cien personas, pero anoche se quedaron casi el doble de refugiados.
El Jaarbeurs no es apto para tanta gente. Hay seis baños y los refugiados yacen juntos en una gran habitación. Esto hace que las irritaciones aumenten.
Dijksma y la región de seguridad están muy preocupados porque en el último mes han llegado muchos más ucranianos a los Países Bajos. “Por razones de seguridad, pronto ya no podremos acoger a la afluencia de gente y la gente dormirá al aire libre”, advierte Dijksma.
Especialmente los trabajadores migrantes y los refugiados (mentalmente) enfermos
El refugio de Utrecht constata que los refugiados que llegan ahora tienen una historia diferente a la de aquellos que llegaron al comienzo de la guerra.
Ahora se trata principalmente de trabajadores inmigrantes. También llegan con mayor frecuencia a los Países Bajos personas gravemente enfermas y refugiados con problemas psicológicos. Estas personas suelen llegar a los Países Bajos desde otro lugar de Europa. Tienen diferentes motivos para ello: alojamiento gratuito, reunificación y trabajo.
En Utrecht se busca el refugio adecuado en los Países Bajos. Por ejemplo, no todos los grupos son “bienvenidos” en todas partes. “Además, a las personas con necesidades asistenciales complejas les resulta especialmente difícil encontrar refugio”, afirma el director de la región de seguridad, Jaap Donker.
“A veces es posible encontrar lugares con arte y vuelo, pero muchas veces esto ya no es posible. Estamos muy preocupados”.
Dijkstra pide solidaridad a sus compañeros alcaldes. Considera que la reapertura de los refugios de emergencia es la única otra alternativa rápida.