Los países occidentales han impuesto sanciones contra el Banco Central en forma de prohibición de operar con él y congelamiento de sus activos. Estas restricciones evitarán que el banco central “utilice sus propias reservas internacionales para aliviar el impacto de las sanciones occidentales”, dijeron los líderes de la Unión Europea, Alemania, Italia, Francia, Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos.
El 24 de febrero, en el contexto del inicio de una operación militar en Ucrania, se produjo un fuerte colapso del rublo y el Banco Central inició intervenciones cambiarias. Para respaldar el tipo de cambio y el mercado ruso, el regulador vendió la moneda por 84.800 millones de rublos ese día.
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En relación con el “cambio dramático” en las condiciones externas de la economía rusa, el Banco Central elevó el 28 de febrero la tasa clave del 9,5% a un récord del 20% anual, congeló los pagos de acciones y bonos para extranjeros y prohibió los pagos no residentes de 43 países de transferencias desde Rusia al extranjero.
Además, el Banco de Rusia canceló el comercio matutino y vespertino en la Bolsa de Moscú, el comercio de acciones y bonos no es se llevan a cabo ya la tercera semana. El Banco Central señaló que la apertura de la negociación ahora “puede generar acciones emocionales de los inversionistas y, en consecuencia, pérdidas injustificadas”.
El Kremlin dijo que no tenía dudas sobre la capacidad del Banco Central para hacer frente a la situación y agregó que las autoridades se habían estado preparando durante mucho tiempo para posibles sanciones. “Hasta ahora, no hemos tenido motivos para dudar de la eficiencia y confiabilidad de nuestro Banco Central. No hay razón para dudar de la efectividad incluso ahora”, dijo Dmitry Peskov, secretario de prensa del presidente.