Los jueces de la Segunda Sala Penal de la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya dictaminaron este viernes que el despiadado caudillo congoleño Bosco Ntaganda debe pagar más de 31 millones de dólares (más de 27 millones de euros) a sus víctimas. La CPI informa de ello en un comunicado de prensa.
Apodado ‘Terminator’, Ntaganda lideró un grupo armado en la provincia rica en minerales de Ituri en 2002 y 2003. Numerosos asesinatos y violaciones tuvieron lugar bajo su liderazgo. También reclutó niños soldados. Bajo su reinado de terror, cientos de civiles murieron y miles de personas huyeron.
El nuevo cálculo de compensación se basó en un número estimado de 3.000 víctimas de crímenes contra niños soldados. A ello se sumó el número de víctimas de los atentados, que la Sala Penal estimó en más de 7.500 personas. Ntaganda asistió a la audiencia de forma remota, está detenido en la prisión belga de Leuze-en-Hainaut desde finales del año pasado.
Cálculo de reparaciones
El año pasado, los jueces de la CPI en apelación remitieron el monto de la compensación para las víctimas del líder de la milicia congoleña para su revisión. Una de las razones de esto fue la falta de justificación. En ese momento, el órgano inferior de la CPI había otorgado reparaciones por un total de 30 millones de dólares (entonces más de 30 millones de euros). Sin embargo, según la sala de apelaciones, no estaba claro cómo se calculaba esa cantidad y qué víctimas de guerra eran elegibles.
Ntaganda ya fue condenado a 30 años de prisión en La Haya en 2019 por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en la República Democrática del Congo (RDC). Esa sentencia fue confirmada en apelación. Su juicio comenzó en 2015, dos años después de que se entregara en la embajada de Estados Unidos en Ruanda.
La ‘carrera’ de ‘Terminator’ Ntaganda
Bosco Ntaganda nació en Ruanda e hizo su carrera dentro de los rebeldes tutsi del FPR, que llegó al poder en Kigali en 1994. Más tarde recaló en el Congo. Poco después del cambio de siglo, Ntaganda fue adjunto del jefe de gabinete del movimiento rebelde UPC (Unión de Patriotas Congoleños). Según los fiscales, Ntaganda no solo cometió asesinatos, violaciones, esclavitud sexual y usó niños soldados allí, sino que también ordenó a sus tropas que hicieran lo mismo. En 2006 se emitió la primera orden de arresto contra Ntaganda.
Más tarde fue nombrado general del ejército congoleño, hasta que desertó en 2012 con unos cientos de soldados y se enfrentó al ejército del gobierno congoleño.
No fue hasta tres años después que se entregó en la embajada de Estados Unidos en Kigali. Los observadores creen que se vio acorralado por la pérdida de apoyo del líder ruandés Paul Kagame. En los meses anteriores, Ruanda había sido duramente criticada por los disturbios que fomentó en el este del Congo.
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