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El gobernador del banco central de Portugal, Mário Centeno, se enfrenta a una revisión ética por parte de un organismo de control independiente después de que el primer ministro socialista saliente António Costa, quien renunció la semana pasada por un escándalo de corrupción, lo propuso como próximo primer ministro.
Costa, que renunció horas después de una serie de arrestos y redadas policiales en una investigación sobre presunta corrupción entre funcionarios públicos, había instado al presidente de Portugal a nombrar a Centeno, un ex ministro de Finanzas, para reemplazarlo en lugar de convocar nuevas elecciones.
El presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, rechazó la idea y anunció el jueves por la noche que disolvería el Parlamento a finales de noviembre y convocaría elecciones generales para el 10 de marzo.
Sin embargo, la propuesta de Costa ha puesto al gobernador en el punto de mira.
Un funcionario del banco central confirmó que su comisión de ética, compuesta por tres personas ajenas al banco, se reuniría el lunes para revisar los acontecimientos recientes. Considerará cuestiones que incluyan posibles conflictos de intereses.
Los socialdemócratas de la oposición afirmaron que, en los últimos días, Centeno había “demostrado que es un actor del Partido Socialista”. António Leitão Amaro, vicepresidente del partido, dijo al periódico Público: “[Centeno] “Perdí la legitimidad y la objetividad para ser gobernador del Banco de Portugal”.
Costa nombró a Centeno como jefe del banco central en 2020. Anteriormente fue ministro de Finanzas en dos gobiernos minoritarios liderados por Costa, quien obtuvo la mayoría en las elecciones a principios de 2022.
En declaraciones al Financial Times, Centeno hizo sus primeros comentarios públicos sobre la saga. “Recibí una invitación del presidente y del primer ministro para reflexionar y considerar la posibilidad de liderar el gobierno”, dijo. “Estaba muy lejos de tomar una decisión”.
Centeno es una de varias voces moderadas entre los gobernadores de los países del sur de Europa en el consejo de gobierno de 26 personas del BCE, que fija las tasas de interés.
Costa anunció su sorprendente renuncia el martes y negó cualquier irregularidad relacionada con la investigación de corrupción. Esto llevó al arresto de su jefe de gabinete y a que los fiscales nombraran a su ministro de infraestructura como sospechoso formal.
Centeno no ha sido vinculado a ninguna de las acusaciones de corrupción.
La investigación de los fiscales se centra en varios proyectos de inversión extranjera de alto perfil: dos minas de litio, una instalación de producción de hidrógeno y un banco de grandes centros de datos. Los fiscales dijeron que estaban investigando posibles delitos de corrupción, malversación y tráfico de influencias entre funcionarios públicos.
Costa volvió a hablar el sábado por la noche porque dijo que veía “crecerse una idea peligrosa de que los gobiernos no deberían actuar para atraer inversiones y simplificar [procedures]”. Dijo que los gobiernos tenían el deber de atraer inversiones, “pero siempre, siempre cumpliendo con la ley”. Y añadió: “A aquellos que quieran invertir en Portugal, les digo que su inversión es bienvenida”.
Los fiscales han dicho que, en el curso de sus investigaciones, algunos sospechosos alegaron que el primer ministro había intervenido para “desbloquear los procedimientos”. Costa ha dicho que tiene la conciencia tranquila.
Información adicional de Martin Arnold en Frankfurt