Desbloquea el Editor’s Digest gratis
Roula Khalaf, editora del FT, selecciona sus historias favoritas en este boletín semanal.
El gobernador del banco central de Portugal, Mário Centeno, ha sido absuelto de irregularidades por un comité de ética después de que el primer ministro socialista António Costa, quien renunció la semana pasada por un escándalo de corrupción, lo propusiera como próximo primer ministro.
La comisión de ética del banco central concluyó que Centeno había “actuado con la reserva requerida en las circunstancias” después de que Costa le pidiera que considerara convertirse en primer ministro.
La comisión consideró cuestiones que incluían posibles conflictos de intereses entre el papel del gobernador al frente del banco central y la solicitud política. Los socialdemócratas de la oposición dijeron que la saga puso en duda la independencia del banco central y “demostró que [Centeno] es un actor del partido socialista”.
La solicitud de Costa se volvió discutible el jueves pasado cuando el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, rechazó la idea de nombrar un nuevo primer ministro y optó en su lugar por convocar elecciones generales para el 10 de marzo.
Pero la comisión de ética, que se reunió el lunes, señaló que acontecimientos relacionados podrían haber dañado la reputación del banco central, en referencia a una entrevista que Centeno concedió al Financial Times.
Centeno dijo al Financial Times el domingo que “recibió una invitación del presidente y del primer ministro para reflexionar y considerar la posibilidad de liderar el gobierno”.
Pero poco después la oficina de Rebelo de Sousa emitió un comunicado cuestionando el relato de Centeno, diciendo que el presidente no invitó a Centeno ni a nadie más a encabezar el gobierno ni autorizó a nadie a discutir la posibilidad.
En respuesta, Centeno aclaró su posición y dijo en un comunicado que Costa “me había invitado a reflexionar sobre las condiciones que podrían permitir” que el gobernador del banco se convirtiera en primer ministro. Dijo que “la invitación a esta reflexión surgió de las conversaciones que mantuvo el primer ministro con el presidente de la república”. Destacó que Rebelo de Sousa “no me invitó a encabezar el gobierno”.
Refiriéndose a la saga, la comisión de ética dijo: “A nivel objetivo, los acontecimientos político-mediáticos posteriores pueden haber dañado la imagen del banco”.
Y añadió: “La defensa de la institución es aún más relevante en un período como el actual”.
Centeno dijo al Financial Times que había estado “muy lejos de tomar una decisión” sobre la sugerencia de Costa. Anteriormente fue ministro de Finanzas en dos gobiernos minoritarios liderados por Costa.
Costa ha negado sistemáticamente haber actuado mal en lo que comenzó como una investigación de los fiscales sobre corrupción entre funcionarios públicos. Abarca dos minas de litio y una instalación de producción de hidrógeno, pero ahora se centra en un proyecto de gran centro de datos.
Esta semana, un juez desestimó los cargos de corrupción y mala conducta presentados por los fiscales, reduciendo el alcance del caso a cargos de tráfico de influencias relacionados con grandes inversiones.
La oficina de Costa dijo que las acusaciones de tráfico de influencias “[refer] a una evaluación de impacto ambiental en la que el primer ministro no tuvo participación directa o indirecta”.