Hay un expediente que el Inter está dispuesto a reabrir. Y es el relativo a la derecha. La situación de Cuadrado debe ser monitoreada. El colombiano aprieta y espera volver al grupo la próxima semana, para poder ser convocado ante su ex equipo si la inflamación del tendón de Aquiles le da un respiro. Pero más que a corto plazo, Inter e Inzaghi necesitan respuestas a medio y largo plazo. Es un papel demasiado delicado como para pensar en no tener una visión prudente: Inzaghi rota a sus centrocampistas de un partido a otro e incluso durante los mismos 90 minutos. Por eso no se puede descartar una intervención en el mercado de fichajes de enero en caso de respuestas poco tranquilizadoras por parte de Cuadrado.
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Y en este sentido los caminos seguidos son diferentes. Del argentino Agustín Giay de San Lorenzo, nacido en 2004, ya se escribió en los últimos días. El Inter le siguió, no es el único club europeo que sigue la pista del jugador, les gusta mucho el perfil. Pero en las últimas semanas el Inter ha restablecido los contactos con Tajon Buchanan, canadiense nacido en 1999 en Brujas. Es una obsesión del director deportivo Ausilio, que lo identificó la primavera pasada cuando la venta de Dumfries era una posibilidad concreta. Y ahora el nombre vuelve a ser noticia. El contrato de Buchanan expira en 2025 y no renovó su contrato pese a la insistencia del club belga. Para el Inter sería una inversión de todos modos. Para el futuro inmediato, sin duda. Pero también en perspectiva, teniendo en cuenta que en Dumfries no faltará la atención de los clubes europeos en verano. Después de todo, incluso en la izquierda Inzaghi tiene dos titulares: lo que no ha sucedido hasta ahora con Cuadrado podría suceder con la pareja Dumfries-Buchanan. Al fin y al cabo le toca al colombiano borrar el escenario.