El Inter hace tres en la Sampdoria. Se va el Scudetto, pero San Siro canta y agradece

Los goles todos en la segunda parte, tras haber metabolizado el resultado del Milan en el Sassuolo. Perisic decidió, luego salió por lesión y doblete de Correa

Una victoria de puro orgullo, pero muy burlona. El Inter doblegó a una Sampdoria que juega los 50′ como si fuera una final de Champions pero los sueños del scudetto se le habían escapado antes del descanso -como algunos aficionados- con el Milan caminando sobre el Sassuolo. El inevitable Perisic (que saldrá del campo por una distracción en el gemelo derecho que también puede cambiar el escenario de la renovación) y un doblete de Correa en la lejanía llegan a la cabeza del búnker de Giampaolo, pero la fiesta está en otra parte. Al equipo de Inzaghi le quedan dos trofeos y el habitual título de animadora. Con 71.109 a día de hoy, los espectadores estacionales alcanzan los 128.377 millones. Y San Siro, que canta, aplaude y agradece a los jugadores al final del partido -muchos de ellos entre lágrimas- es un gran ejemplo de amor y pasión.

PRIMERA MITAD

El técnico nerazzurri se centra en los sospechosos de siempre y prefiere a Correa a Dzeko para apoyar a Lautaro en ataque. Giampaolo responde con un 4-5-1 en el que Caputo es el único delantero y Candreva y Sabini los atacantes externos. Defensa central con Ferrari, en lugar del sancionado Colley, está Yoshida. El nipón fue amonestado tras el 5′ de toro nerazzurro. Con la cabeza hacia abajo, los nerazzurri cierran a la Sampdoria en los últimos 30 metros, con el riesgo asociado de que los rivales reinicien en las praderas. El primero lo ponen Sabiri y Candreva en el 10′, pero Skriniar se deshace a tiro de piedra de Handanovic. Luego se reanuda el monólogo, con 7-8 jugadores del Inter pasándome el balón al borde del área, buscando el bolsillo derecho. Con la doble cremallera Bereszynski-Candreva y Augello-Sabiri, Giampaolo pretende neutralizar a Perisic y Dumfries, forzando al rival hacia un embudo central. Al 17′ marca Giroud y uno se pregunta si Brozovic y sus compañeros sentirán el golpe. Para nada, con Perisic y Lautaro llegando muy cerca de la ventaja en el 23′. Al 27′ Bastoni pone a Correa frente a Audero, pero Tucu pierde el momento. Candreva asusta a la ex hinchada con una diagonal un poco ancha, Barella forcejea con Rincón, saca tarjeta amarilla por protestas y lucha por calmarse. Presa de Vieira frente a las obras de defensa, mientras Thorsby lucha por detener a Calha. Al 33′ Giroud se duplica en la manteca de Sassuolo justo cuando Barella, Lautaro y Skriniar se estrellan contra el muro de Dorian en unos segundos. Así como tras el gol 3-0 de Kessie al AC Milan, Audero supera el cabezazo de Correa. Aquí la reacción es más que la audiencia, y los propios jugadores parecen menos poseídos. Incluso cuando en el 41′ un break de Barella provoca un tres contra dos, Audero con un gran reflejo dice no a la derecha de Lautaro. Y cuando las torres de Dorian se distraen, Dumfries cabecea un gol marcado desde un córner de Calhanoglu.

SEGUNDA MITAD

Sin sustituciones después del descanso. Si acaso, la diferencia se nota en la grada, dado que algunos de los aficionados prefirieron irse temprano a casa. Para los muchos que quedan, se convierte en orgullo del Inter, pero otro milagro más de Audero (esta vez en Barella) confirma que a este equipo nunca se le regala nada. También es emblemático que el habitual desborde de Perisic, en una asistencia de Barella, abre el partido a los 4′. Los bancos están rotos, el doblaje al 10′ es una obra maestra de primeros toques cerrados por plancha de Calha para la baba de Correa, que se repite a los dos minutos al final de una acción insistente. En los festejos a muchos se les escapa que Perisic está en el suelo dolorido al otro lado del campo tras haber interceptado un remate de Candreva. Para el piloto croata, que salió en camilla con la ovación de pie del Meazza, el primer diagnóstico habla de distracción en el gemelo medial de la pierna derecha. A la espera de más exámenes, se arriesga a tres meses de baja. Inzaghi además de Gosens manda al campo a los oxigenados Dimarco y Vidal por Bastoni y Barella. Al 27′ los aplausos fueron para De Vrij y Correa, que dieron paso a Ranocchia (¿último en los nerazzurri?) y Caicedo. El último es sin duda Vidal, que recibe una andanada de silbidos cuando desbarata mal un contraataque. Dentro también Damsgaard, Trimboli, Askildsen, Magnani y luego Yepes. Los minutos finales son de academia a ritmo de Subbuteo, en el intento del Inter de marcar el gol número 22 de Lautaro en el campeonato. Sale mal por partida doble (súper Yoshida y Audero), además de Caputo y Augello, hipnotizado por un Handanovic abandonado durante unos minutos por sus compañeros con la cabeza ya de vacaciones.



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