El instalado por don Vitaliano Della Sala en su iglesia de Mercogliano es un belén diferente: ya no está San José y en su lugar hay una mujer


«Tú¿una familia? Hay muchas maneras de ser familia: “¡nada es imposible para Dios”! Este es el pensamiento de Don Vitaliano Della Salapárroco de la iglesia de San Pietro e Paolo, en Mercogliano, provincia de Avellino, que dividió a sus fieles con el belén instalado en la parroquia.

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En el belén Jesús tiene dos madres.

El sacerdote, de hecho, junto a jesus en el pesebre colocó a dos madres, la Virgen y otra mujer, quitando a San José. Un gesto apreciado por algunos, pero poco por otros que inmediatamente pidieron un retorno a la tradición, o hablaron de blasfemia acusando al párroco de querer cambiar la historia: «Al menos dejemos el belén en paz», se lee entre los comentarios.

El belén instalado en la parroquia de San Pietro e Paolo, en Mercogliano, provincia de Avellino, dividió a los fieles (Facebook)

Hay muchas maneras de ser una familia.

Pero el mensaje del párroco es claro, hay muchas maneras de ser familia. En un largo post en Facebook, el párroco explica bien su posición: «Desprecio, incluso por parte de sectores de la Iglesia católica, contra las “familias arcoíris” y su condena independientemente, sin discusión ni comparación seria y honesta, es la pincelada de oscuridad que ayuda a pintar la noche de nuestro tiempo. Por eso hay dos madres en el belén: este año también veo brillar la luz de la Navidad arriba estas familias golpeadas por críticas y condenas inhumanas y antievangélicas».

Un belén diferente para una iglesia no excluye

Para el sacerdote, «la exclusión ha trazado un rastro rojo de sangre y dolor a lo largo de la historia» y, aún hoy, «gran parte de la supervivencia digna de miles de millones de seres humanos está en juego en torno a la exclusión». Según Don Vitaliano, sin embargo, la exclusión no sólo se practica dentro de la sociedad civil, porque también la Iglesia practica a menudo la exclusión«relegando a los márgenes a los auténticos testigos de Jesucristo que desafían el poder».

En el reino de Jesús todos tienen ciudadanía.

Pero, por el contrario, el futuro de la Iglesia es precisamente la lógica de la inclusión: una Iglesia que no margina, que no usa el pesado hacha del juicio contra nadie, una «Iglesia de los excluidos y no de la exclusión» capaz de acoger, de llevar a todos dentro. Al fin y al cabo, concluye el sacerdote, «este es el Reino que Dios sueña para nosotros. Este es el Reino que Jesús vino a inaugurar, del cual nadie está excluido donde todos tienen derecho a la ciudadanía». Feliz navidad.

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