A finales del mes pasado, el inspector jefe fue detenido por supuestamente volverse demasiado loco en un café de Bruselas junto con dos colegas. Se dice que los tres causaron molestias mientras estaban borrachos y que el inspector jefe golpeó a un camarero en la cafetería. Al parecer, también insultó a un inspector de la policía local de Bruselas y trató de golpearlo.
Se dice que el inspector jefe se mostró tan “bestialmente salvaje” que tuvo que ser llevado esposado al hospital, donde le aplicaron una inyección para calmarse. Luego, supuestamente, golpeó la puerta de su celda durante toda la noche, gimiendo de dolor. Finalmente lo llevaron a un hospital esa mañana. Allí determinaron que había sufrido una rotura de vejiga, tal vez debido a una caída afuera.
Análisis de orina y sangre.
También le siguieron un análisis de orina y de sangre. Esto demuestra ahora que el hombre todavía tenía una enorme dosis de anfetaminas en su organismo doce horas después de los hechos. Ya no recuerda nada de aquella noche en el café. Los compañeros que estaban con él tampoco guardan ya ningún recuerdo completo de aquella velada. Mostraron los mismos síntomas, aunque ligeramente más leves, de una sobredosis de anfetamina.
Los detectives también tienen una reputación impecable, por lo que es posible que alguien haya puesto algo en sus bebidas. Se dice que el envenenamiento con anfetaminas es una técnica bien conocida utilizada por un servicio secreto para comprometer al oponente. Es cierto que la Fiscalía de Bruselas ha iniciado una investigación sobre el intento de asesinato, pero por el momento no proporciona ninguna información adicional.