Su novia también logra escapar a duras penas del apartamento en llamas. Su hermana todavía está en el hospital.
“No duermo. Me rindo. Me dan pastillas para dormir, pero no ayudan. Cuando cierro los ojos, puedo verlo de nuevo. Ese es el shock de mi vida. Espero que no vuelva a suceder al llenar de gasolina un encendedor tan estúpido. Felicitaciones al brandeer por lo que pudieron hacer y ciertamente a mis mascotas”, dice su amiga Jessica.