El hockey es siempre un éxito en París: Alemania se quedó sin oro


A partir de: 8 de agosto de 2024 23:13

Entradas agotadas, ambiente loco, tremendo dramatismo en el partido contra su archirrival Holanda: en un verdadero thriller de hockey, el equipo alemán perdió por poco el partido por el oro por 1:3 en la tanda de penaltis. Después de 60 minutos intensos el marcador era 1:1.

«La decepción no podría ser mayor, luchamos hasta el final», dijo el seleccionador nacional Andre Henning, «pero lamentablemente no mostramos la calidad que se necesita en la tanda de penaltis». El capitán del equipo, Mats Grambusch, criticó: «Durante mucho tiempo no conseguimos presionar a los holandeses. Desafortunadamente, tenemos la culpa de ello».

Demasiado débil en los penaltis

Thies Prinz (50.º) empató para la selección de la Federación Alemana de Hockey (DHB) en el Estadio Olímpico Yves-du-Manoir después de que Thierry Brinkman (46.º) pusiera a la Oranje en ventaja. Jean-Paul Danneberg salvó dos intentos en la tanda de penaltis, pero sólo Justus Weigand anotó para el equipo alemán. Esto significó que la esperanza de Alemania del quinto oro olímpico después de 1972, 1992, 2008 y 2012 se desvaneciera. Después de todo, después de un cuarto puesto en Tokio 2021, Alemania volverá a casa con el metal precioso en el equipaje.

Conducta antideportiva tras decisión

Cuando Duco Telgenkamp recibió su medalla de oro, fuertes abucheos resonaron en el Stade Yves-du-Manoir, en el noroeste de París. El holandés es campeón olímpico de hockey y, tras su ataque contra los derrotados alemanes, es el hombre del saco. «Este es el comportamiento más antideportivo que he visto en mi vida por parte de un ganador», dijo el jugador nacional Niklas Wellens.

Inmediatamente después de la tanda de penaltis, Telgenkamp perdió los nervios. «Tiene el mejor momento de su vida, gana el oro en los Juegos Olímpicos y corre hacia nuestro portero, que está tirado en el suelo llorando, se arrodilla y hace el silenciador», dijo Wellens. Con el dedo índice sobre la boca, el holandés se había colocado delante de Jean-Paul Danneberg.

Gran ambiente en el estadio lleno

El partido anterior se debió principalmente al gran ambiente que se vivió en el estadio. En el abarrotado estadio Yves-du-Manoir, los jugadores de ambos equipos fueron recibidos por un público entusiasta: la Oranje era claramente mayoría en las gradas. Pero en los duelos de hockey entre estos dos equipos siempre ocurre lo mismo: los alemanes están acostumbrados. También de la ronda preliminar, cuando ambos se enfrentaron una vez: Alemania ganó el partido por 1-0.

Tanto a la defensiva: las oportunidades de gol son escasas

En ese primer duelo ambos equipos jugaron muy a la defensiva. Así empezó también esta vez. Mantente seguro atrás y no te dejes contraatacar, ese era el lema de ambos equipos. Así que al principio las posibilidades de gol fueron escasas y espaciadas. O mejor dicho: no hubo ninguno. No en los primeros 15 minutos. Tampoco hay penalti corner.

Las cosas se complicaron por primera vez en el minuto 17, cuando Niklas Wellen recibió un penalti de dos minutos: el delantero del Crefelder HTC no escuchó el pitido del árbitro y continuó jugando ilegalmente. Los holandeses, que siguieron actuando con extrema cautela, no pudieron hacer nada con la mayoría.

Un corner corto: el resultado del 1er tiempo

Y en el minuto 25 finalmente llegó el momento: el equipo alemán consiguió su primer corner corto tras una falta sobre Christopher Rühe. Como Gonzalo Peillat no estaba en el campo, Tom Grambusch intentó disparar, pero fue bloqueado por la fuerte defensa holandesa. No hubo mucho más en el segundo cuarto: el marcador estaba 0-0 en el descanso después de 30 minutos.

La escena más emocionante al comienzo de la segunda mitad: un aspersor de agua roció una fuente de agua fresca sobre los jugadores y el área de juego. Agradecieron que por la noche la temperatura del aire todavía fuera de 28 grados.

Primeras escenas de gol tras casi 40 minutos

La pequeña interrupción no produjo ningún cambio en el campo: siguió siendo un juego de paciencia. Primera oportunidad para Holanda en el minuto 39, cuando Duco Telgenkamp estuvo a punto de rematar en el círculo de tiro, pero fue bloqueado en el último momento. Casi a cambio, el primer buen gol para Alemania: Niklas Wellen disparó en el círculo de tiro, pero el portero Pirmin Blaak estaba en el poste.

Héroe de Holanda: el portero Pirmin Blaak

La última escena complicada para Alemania en el tercer cuarto: penalti de dos minutos contra Johannes Große, que no mantuvo la distancia necesaria. Pero esto tampoco trajo nada que valiera la pena: la decisión se pospuso hasta el último trimestre.

Aplausos naranjas: Brinkman anota, Prinz responde

Y entonces sucedió: 43 segundos después de la reanudación, Holanda estaba por delante: Thierry Brinkman hizo el 1-0 con un pase medio alto al círculo de tiro. Un poco más tarde, casi el 2-0: Koen Bijen tuvo vía libre: disparó superando al portero alemán, pero Peillat despejó artísticamente la línea. A cambio, la oportunidad para Alemania, que ahora arriesgó todo: Wellen sacó un corner corto.

Realmente increíble: el córner salió mal y Thies Prinz se equivocó con el palo. Pero eso fue claramente lo que confundió a los holandeses. A continuación, Prinz metió el balón en la portería y puso el 1-1 (50º). El dramatismo del partido ahora era enorme: ambos equipos abrieron sus defensas y jugaron plenamente por la victoria. Pero nadie pudo marcar el gol redentor, ya que ni siquiera un último corner corto para Holanda en el último minuto del partido tuvo efecto.

La tanda de penaltis debía decidir el oro y la plata. Allí, el portero holandés Pirmin Blaak se convirtió en un héroe al desviar tres intentos de los alemanes.



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