El hambre de Vlahovic: 40 días sin gol, es hora de romper el ayuno

El delantero de la Juventus no marca desde mediados de septiembre ante la Lazio y ahora vuelve a ser titular: tiene que desbloquearse, recuperarse de una lumbalgia y sobre todo lanzar a su equipo hacia lo más alto

Giuseppe Nigro

Los dolores lumbares le frenaron, manteniéndole en la grada dos partidos (Atalanta y Torino) y fuera del once titular durante cuatro (también Lecce y Milán). Contra el Verona Dusan Vlahovic intenta volver a estar ahí desde el principio. Pero para un delantero marcar no se trata sólo de aparecer o hacerlo desde el primer minuto, sino de marcar. Por eso, para el serbio la atención se centra en encontrar ese gol que le falta desde el doblete ante la Lazio a mediados de septiembre.

abstinencia

Una travesía por el desierto de 40 días, un ayuno que contrasta con el modo en que Vlahovic había comenzado la temporada: cuatro goles en los cuatro primeros partidos ligueros, todo viento en popa para una Juve que, junto al impacto de Chiesa, encontró Ellos mismos ven un ataque de 9 goles en cuatro partidos explotar en sus manos prácticamente sólo por parte de los atacantes. Cuatro de cuatro que, la verdad, es el mismo comienzo que hizo Dusan hace un año, cuando luego bajó un poco el ritmo pero siguió marcando hasta la décima jornada (la que se juega ahora) antes de lesionarse. Este año los problemas físicos le frenaron antes, pero con la esperanza de sacarlo de la cabeza antes.

el marco

La ocasión de la vuelta, sobre el terreno de juego desde el principio y sobre todo para marcar, es el desafío ante un rival que evoca recuerdos en blanco y negro de un álbum de recortes. De hecho, el Verona llega a Turín contra el que, de nuevo en el Stadium, Vlahovic debutó en el campeonato con la camiseta de la Juventus el 6 de febrero hace más de año y medio. No sólo debutó, sino que en 13 minutos marcó el primero de sus 27 goles actuales con la Juventus: la Juve se reanudó tras una salida salvaje de Casale, Dybala besó el balón en profundidad gracias a la carrera vertical de Dusan, capaz con un toque abajo para pasar por encima de Montipò con un globo y celebrar la primera celebración en su nueva casa. Hay un hilo que retomar.





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