Se trata del primer pronunciamiento penal que surge de los documentos de la investigación “Prisma” de Turín. Ahora esperan las decisiones de los fiscales de Génova, Bérgamo, Udine, Módena y Cagliari en espera del frente principal relativo a la Juventus.
No hay ninguna explicación falsa sobre las modalidades del traspaso de Riccardo Orsolini de la Juventus al Bolonia. Así lo afirmó el juez de instrucción de la capital emiliana Sandro Pecorella, al término del primero de los procedimientos judiciales derivados de los documentos de la investigación “Prisma” enviados por Turín a los demás fiscales interesados para verificar las posiciones de los clubes que había compartido con la Juventus algunas operaciones consideradas sospechosas según los fiscales. En la práctica, según la sentencia del Gup, los acuerdos o memorandos privados relacionados con transferencias de jugadores no son penalmente responsables. El abogado Mattia Grassani, que representó a Bolonia en el asunto, se mostró satisfecho: “No teníamos dudas. Se trata de una sentencia sin precedentes que bien puede abrir el camino a otros procedimientos pendientes ante las distintas autoridades judiciales y relativos a casos similares”.
LOS OTROS FRENTES
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Ahora tendrán que pronunciarse los demás fiscales actualmente en activo: Génova, Bérgamo, Udine, Módena y Cagliari. En el ámbito deportivo, está claro que la primera sentencia penal cierra la posibilidad de reabrir el caso al menos en el frente de Bolonia. El mismo fiscal federal había decidido archivar las posiciones de los clubes de las famosas “sociedades sospechosas” (expresión utilizada por los periódicos de Turín), subrayando sin embargo la posibilidad de una segunda reflexión en el caso de innovaciones judiciales en los distintos frentes criminales. De los documentos de Turín nació el proceso que llevó a la condena de la Juventus, la famosa penalización de 10 puntos, y a sus directivos. Sin embargo, en las motivaciones, más que en los casos concretos, los jueces deportivos habían insistido en el tema de la “falta de lealtad” a partir de interceptaciones telefónicas y ambientales en el entorno de la Juventus de la anterior dirección. En cualquier caso, al menos en el caso Orsolini no hay dudas: el Gup de Bolonia ha descartado que el acuerdo pueda haber ocultado una contabilidad falsa.