El año pasado, toda la cabaña ganadera holandesa excretó 471 millones de kilogramos de nitrógeno a través del estiércol. Esto fue 19 millones de kilogramos menos que el techo de nitrógeno de ese año. La excreción de fosfato fue de 146 millones de kilogramos, 5 millones de kilogramos por debajo del límite máximo de fosfato.
La agencia de estadística CBS lo informa basándose en cifras provisionales sobre la excreción de minerales por parte del ganado holandés. Las excreciones de nitrógeno y fosfato están por encima de los límites máximos de estiércol que entrarán en vigor en 2025.
La excreción de nitrógeno a través del estiércol de vacas, cerdos, pollos y otros animales se mantuvo el año pasado un 4 por ciento por debajo del límite máximo de nitrógeno de 489,4 millones de kilogramos aplicable para 2023. En 2025, el límite máximo de nitrógeno se reducirá a 440 millones de kilogramos.
Las vacas lecheras y los bovinos jóvenes asociados excretaron 277 millones de kilos de nitrógeno, un 2,8 por ciento más que en 2022. La excreción de nitrógeno de los cerdos y las aves de corral disminuyó un 2,8 por ciento, hasta 138 millones de kilos.
Tras la abolición de la cuota láctea en 2015, aumentó el número de vacas lecheras y la producción de estiércol. Las medidas para reducir el tamaño de la cabaña lechera provocaron a partir de 2017 una nueva disminución de la producción de estiércol.
Desde entonces, la excreción de nitrógeno del ganado ha disminuido en 41 millones de kilogramos y la excreción de fosfato en 23 millones de kilogramos. La mayor contribución a esto la hizo la ganadería lechera, que mantiene principalmente menos vacas y ganado joven.