El gabinete saliente deja intacta la vigésima medalla en Emmer-Compascuum. Esto es lo que responde el ministro de Vivienda, Hugo de Jonge (CDA), a las preguntas parlamentarias del D66.
Los derechos de arrendamiento centenarios, que se encuentran en casi trescientas parcelas dentro y alrededor del pueblo, son una espina clavada para los residentes. Motivo para que los diputados Jan Paternotte y Joost Sneller hicieran sonar la alarma en el gabinete. Los miembros del D66 creen que el plan es perjudicial para el mercado inmobiliario.
La vigésima medalla garantiza que las personas que quieran vender su casa en una de las trescientas parcelas deberán pagar el 5 por ciento del precio de venta a los arrendatarios. En este caso se trata de la familia Kröner. Esto ha estado sucediendo desde hace 150 años.
El ministro saliente, De Jonge, no quiere alterar las normas. El ministro niega que el impuesto tenga efectos adversos. «No se trata de un aumento de precios. Por lo tanto, tampoco veo por qué la existencia de esta condición especial de arrendamiento perjudicaría la calidad de vida o el desarrollo espacial de esta zona».
De Jonge no quiere prestar asistencia jurídica para escapar del «problema». «En casos tan concretos de naturaleza estrictamente civil, el gobierno central no tiene la tarea de proporcionar asesoramiento jurídico.»