El fuego es más grande que yo.

De todos modos, agarré mi ábaco: inflación, guerra en Ucrania y tensiones en otros lugares, crisis climática, hambruna, escasez de energía, recesión inminente y crisis monetaria europea. Y oh sí, corona. Esas ocho o nueve crisis son todas serias en sí mismas, pero también pueden reforzarse entre sí y fusionarse en una crisis del sistema existencial. El economista Adam Tooze, que está ampliamente presente en los medios internacionales, lo llama una ‘policrisis’: una situación en la que el todo es más peligroso que la suma de sus partes.

No se trata solo de qué pasa si Rusia cierra el grifo del gas o si ‘Omikron’ se convierte en una variante más peligrosa. El punto es: ¿y si una crisis (guerra) refuerza otra (hambre), y con ella una tercera (migración) y una cuarta (populismo autoritario)? Eso no es inevitable, escribe Tooze. Tampoco es una profecía de fatalidad. La correlación de riesgos ayuda a entender este tiempo.

Ahora no, te escucho pensar, no me siento así por un tiempo. Después de todo, este es el verano sin preocupaciones, el chica caliente verano que, después de un cierto retraso, marca el comienzo de la locos años veinte heraldos Ambos pueden ser ciertos: en Sebastian Haffner’s Historia de un alemán, 1914-1933 Siempre me llama la atención cómo prosiguió el baile cuando todo a su alrededor primero vaciló y luego se derrumbó.

Cuando camino por la exuberante ciudad hacia el pub un sábado por la noche, pienso: solo con tanta indiferencia puedes desafiar este tiempo. Sentado frente a mi pantalla pienso: pero al involucrarnos podríamos hacer algo al respecto.

El ‘Corona’ lo cambiaría todo, y este momento de crisis también puede ser un punto de inflexión hacia algo mejor. Pero el hecho de que la promesa de una sociedad mejor que sonaba hace dos años y medio sea difícil de cumplir se debe en parte a la continua falta de alternativas políticas significativas.

La era en la que la política era una elección entre Pepsi y Coca Cola ha terminado (hay demasiado en juego). Pero la política como un conflicto de intereses organizado entre el choque -Weltanschauungen tampoco está ahí. Para eso falta la organización de masas que antes hacía posible tal lucha, como escribió el filósofo político belga Anton Jäger a principios de este año. Después de todo, los partidos políticos están al borde de la muerte. Todavía no hay nada nuevo que trascienda el llamado privado a la política (wappieism, #BLM).

En ausencia de tal política, el individuo permanece. Sé diferente, grita el comercio. Sé el cambio que quieres ser, grita la publicación de Instagram. Vuela menos y no riegues el jardín, dice el político. Y es precisamente esta relación entre el individuo y el sistema lo que hace que esta época sea tan compleja. Todo importa. Pero en mi cabeza suena la voz de la cantante Froukje: el mundo está en llamas/Y quisiera apagarlo/Pero el fuego es más grande que yo.

Mark Lievisse Adriaanse ([email protected]) es editor de NRC.



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