El fotógrafo Umberto Nicoletti retrató a 60 migrantes perseguidos por su identidad de género, que han encontrado asilo político en Italia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá


TEntre los 193 países miembros de las Naciones Unidas, 85 criminalizan a las personas y comunidades LGBTQI+, impidiéndoles expresar libremente su identidad de género y condenarlos a prisión oa la pena de muerte. Muchos hombres y mujeres se ven obligados a huir de países como Camerún, Ghana, Libia, pero también de Jamaica, Paraguay, Afganistán, Irán, Corea del Norte y las Islas Cook, para escapar de la violencia, la tortura, el aislamiento y la persecución.

Los migrantes LGBTQI+ que encontraron refugio político entre Italia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá, para escapar de las violaciones de los derechos humanos son los protagonistas de Proyecto de arte Asilo por el fotógrafo Umberto Nicoletti.

Asilo, Umberto Nicoletti[/caption]

Devolverles la dignidad de la que fueron privados cuando fueron reducidos a una masa indistinta es el objetivo del fotógrafo que, tomando fotografías en Milán, Londres, Nueva York, Washington y Toronto, gracias a la ayuda de las asociaciones que operan en el de la recepción, logró componer el libro Asilopublicado el 16 de mayo para Rizzoli.

Refugiados políticos convertidos en celebridades

«Elegí un estilo brillante usando la estética para crear empatía con las personas retratadas y su humanidad. Jugando con el cabello y el maquillaje, les devolví su individualidad, permaneciendo la lente en sus sueños y no en el pasado lo que representa un trauma a ser removido”, declara.

Papa Francisco al

Papa Francisco al

Incluso la elección del lenguaje fotográfico -blanco y negro con zonas sombreadas- no es casual: «En sus países de origen -explica- la vida cotidiana de los refugiados LGBTQI+ se caracteriza por el secretismo, la omisión y la represión. En las imágenes, la relación entre la luz y la sombra representa visualmente lo que se nos da a conocer y lo que ignoramos, las experiencias que se mantienen ocultas para salvarnos la vida».

Las dificultades que enfrentan los migrantes que huyen de la tortura y la persecución

No es nada fácil obtener asilo político, estos hombres y mujeres se enfrentan a un complejo trámite burocrático con la participación de varias agencias gubernamentales. Pero sobre todo se les somete a diferentes retos: pruebas y entrevistas con una comisión ante la que deben «demostrar» su identidad sexual – o un aspecto íntimo e individual, científicamente indemostrable – para decidir si tienen o no derecho a la protección.

Historias de dolor y coraje para hacer valer los derechos

“Son historias de dolor, pero también de fuerza y ​​valentía con las que luchan por la afirmación de sus derechos y de sus identidades”, comenta Nicoletti, insinuando una sonrisa al relatar que alguien hojeando el fotolibro ha trazado el rostro de un futbolista o de un cantante famoso. «Siento que he logrado mi objetivo: convertirlos en iconos para reflexionar y no en sujetos para compadecerse», añade.

Patrick, del exorcismo en el Congo a la libertad en Italia

Sufrimiento y belleza es el continuo contraste que caracteriza las páginas de Asilo, un cofre del tesoro de testimonios en el que miradas llenas de autodeterminación custodian un pasado marcado por la tortura.

Como en el caso de Patrick, un homosexual congoleño, a quien su familia le administró una droga durante una fiesta sorpresa organizada por su 40 cumpleaños.. Se encontró semidesnudo, con un paño atado a la cintura y el cuerpo manchado de pintura, rodeado de personas que realizaban un ritual para librarlo de los malos espíritus. Habían descubierto su homosexualidad y habían secuestrado y llevado a la casa de un tío, un alto funcionario del gobierno.

Asilo, Umberto Nicoletti

Le dieron un ultimátum: tenía que encontrar una esposa dentro de los seis meses, o terminaría en la cárcel. Ni por un momento pensó en ceder, sufrió palizas, pero logró escapar a Italia, donde ahora vive rodeado de amigos y tiene un trabajo que lo satisface y hace de su pasado un mal recuerdo.

Hamida, en Londres lejos de la tortura en Uganda

La violencia marcó también la existencia de Halima, una joven ugandesa que, tras ser descubierto junto a su prometida, fue retenida en la cárcel durante 7 días por la policía que le rompió las piernas y los dedos de las manos y de los pies. Intentó suicidarse dos veces mientras estaba en prisión. Finalmente la liberaron pero como no pudo darles el dinero que le pedían, le mostraron sus mensajes a los padre, que trató de matarla. Se temía lo peor, pero afortunadamente superando muchos obstaculos aterrizó en londresdonde empezó a estudiar para construir su futuro, en completa libertad.

«El lugar donde nacemos es una simple coincidencia»

La libertad es precisamente el valor por el cual yo los refugiados políticos luchan a diario enfrentándose a largos y turbulentos viajes.

«La mayoría de la gente, incluso aquí en Italia, a menudo ignora lo que todavía está sucediendo en algunos países. Por eso, sentí la urgencia de resaltar, a través de mi profesionalismo, una situación que muchas veces, por prejuicio, miedo y vergüenza, se oculta» Nicoletti concluye reiterando que nunca se debe dar por sentada la libertad porque el lugar donde nacemos no es un reflejo de nuestros méritos, sino una simple coincidencia.

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