El fenomenal Karim Benzema destroza al PSG con el sueño de la Real CL


ReanudarParis Saint-Germain fracasó una vez más en su costosa misión de convertirse en el nuevo rey de Europa. El ‘viejo’ rey, el Real Madrid, se levantó en su propia casa desde una posición desesperada. No fue Mbappé, sino Benzema el héroe de la velada: 3-1.


editor de deportes

9 de marzo 2022


Última actualización:
00:24

Por Edwin Winkels

Un equilibrista sin red de seguridad, como calificó un diario francés al PSG la víspera de la vuelta ante el Real Madrid. Y ese equilibrista, balanceándose de manera convincente e impecable en el cable durante 150 minutos, con una actuación que todos admiraron, ese equilibrista cayó. Y se lastimó increíblemente. Por enésima temporada consecutiva. La derrota por 6-1 ante el Barcelona en 2017 dolió, tras el 4-0 en casa. Y la primera final de Champions, en 2020, ante el Bayern de Múnich.

Pero el 3-1 en Madrid sin duda duele mucho más. Porque los parisinos eran favoritos, mejores durante mucho tiempo, y habían sumado a Messi esta temporada, junto a Neymar y sobre todo el mejor de Europa en este momento, Mbappé. Pero ese PSG, construido durante diez años con los miles de millones ilimitados de los jeques petroleros de Qatar, ya está en octavos de final en 2022.

© AP

La batalla del Bernabéu, por la profunda renovación con 25.000 asientos menos, fue una batalla entre el viejo imperio y el nuevo imperio. Y los clubes del primer grupo, el Real Madrid a la cabeza, no permiten que estos nuevos buscadores de fortuna entren en su tradicional club de caballeros chic. Una y otra vez, el PSG ha sido el centro de atención de jugadores como el Manchester United, el Barça, el Bayern y ahora el Real Madrid.

Mbappé

El Real Madrid, en número de premios -el último en 2018-, el ‘rey de Europa’ absoluto, como recalcaba una vez más una pancarta en la grada, mostró en dos partidos al ya un poco anticuado, agarrotado rico, cuya gloria de antes desapareció El ‘jovencito’ parisino superó a la Real en casi todos los frentes: posesión, orientación al gol, calidad y, lo más importante, gol. O, quizás incluso más fundamentalmente, ese jugador que marca la diferencia. Ni Messi, ni Neymar, sino el capitán de la nueva generación, el Kylian Mbappé, que no en vano quiere acoger cuanto antes al presidente de la Real, Pérez.

David Alaba consuela a Kylian Mbappé.

David Alaba consuela a Kylian Mbappé. © AFP

Al igual que en la ida, Mbappé fue el gran azote de la defensa del Real Madrid. Marcó tres veces en el Bernabéu, dos veces su gol fue anulado por fuera de juego. Pero un impecable contragolpe derivó en la merecida y aparentemente decisiva ventaja seis minutos antes del descanso, tras el 1-0 en París. Courtois, otro largo obstáculo para los franceses, fue burlado en el córner corto por un disparo furioso de Mbappé.

No hubo una respuesta convincente por parte de los madrileños. Hasta que un torpe portero, Donnarumma, decidió después de una hora darle nueva vida al partido. Su don en la mala defensa lo aprovechó, cómo no, Benzema: 1-1. Y no le des a esos viejos ricos la oportunidad de mostrar su orgullo en una última convulsión. Y no dejes que tus propios nervios te dominen, como ha hecho a menudo el PSG. En consecuencia, no era la carrera de Mbappé, sino la de Benzema diez años mayor. El hat-trick, válido, fue del compatriota de la joven estrella, que bien pudo estar convencido de su próxima elección: para triunfar en Europa, tendrá que mudarse de París a Madrid.



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