El fabricante suizo de calzado Künzli SwissSchuh AG dejará de operar a finales de este año. “A pesar de una cuidadosa y profesional planificación de la sucesión, no se encontró ninguna solución de sucesión adecuada, a pesar de que la empresa está sana y en crecimiento”, afirmó el jueves la empresa, especializada en zapatos ortopédicos y zapatillas deportivas de alta calidad.
La actual propietaria, Barbara Artmann, lamentó este cambio: “Siempre he entendido mi papel como guardiana de la marca Künzli”, explicó en un comunicado la mujer de 63 años. “No fue fácil preparar a Künzli para el futuro y ponerlo en forma. Lo hemos logrado en los últimos años. Tener que cerrar ahora es más que amargo”.
La empresa, fundada en 1927 y de la que surgió la marca estadounidense K-Swiss, pretende ahora “cerrar sus operaciones de forma ordenada”. Sin embargo, los once empleados actuales de la sede central de Windisch perderán su puesto de trabajo. “Künzli lamenta profundamente esto, apoya a los empleados afectados en su reorientación y también espera que otros empleadores disfruten de especialistas bien formados”, explicó la empresa. Para la planta de producción en Albania, “se busca una solución que, si es posible, preserve al equipo bien ensayado”.