El ex redactor jefe del RBB admite un bono secreto de 35.000 euros

Por Michael Sauerbier

Durante doce años, Christoph Singelnstein (68, SPD) obtuvo generosas ganancias como redactor jefe de la emisora ​​de escándalos RBB. Pero mantuvo en secreto sus cuantiosos pagos de bonificaciones a sus empleados. Ahora tenía que revelarlos.

Momento de la verdad en el comité de investigación del RBB del parlamento federado de Brandeburgo. Allí, los diputados de todos los partidos interrogaron a Singelnstein. Se suponía que debía explicar el sistema secreto de pagos de bonificaciones para los jefes de las emisoras, que quedó al descubierto en el escándalo del RBB sobre el autoenriquecimiento y el nepotismo.

“Siempre tuve un contrato no arancelario (AT) con remuneración en función del desempeño”, admitió el exjefe de 250 periodistas permanentes y entre 500 y 600 periodistas independientes del RBB. “Algunos empleados sabían los objetivos que tenía que alcanzar para esto, pero desde Los pagos de aguinaldos no sabían nada”.

Durante el gobierno de la ex directora Dagmar Reim hubo “cierta arbitrariedad” en las asignaciones especiales. Singelnstein: “Se criticó esto, pero no el monto de los pagos”. Sin embargo, la redactora jefe trabajó con la consultora Kienbaum para desarrollar un nuevo sistema de bonificación para su sucesora Patricia Schlesinger, con pagos adicionales aún mayores.

Las asignaciones del jefe se volvieron tan caras que “la junta directiva del RBB exigió: ‘¡recuperemos los puestos de AT!'”, informó Singelnstein. En lugar de ello, la directora de Raffke, Schlesinger, también se regaló una importante bonificación, algo que Kienbaum no había planeado. Hasta que la expulsaron, cobraba unos 350.000 euros al año.

Singelnstein sólo quiso revelar su propia bonificación a puerta cerrada: un pago especial de 35.000 euros en 2020. Con un salario base de unos 17.500 euros, recibió alrededor de 210.000 euros, casi tanto como la nueva directora del RBB, Ulrike Demmer (220.000 euros). .

En 2021, Singelnstein tuvo que jubilarse anticipadamente y siguió cobrando unos 180.000 euros al año gracias a un contrato secreto de consultoría. Cuando se descubrió esto en 2022, perdió el contrato. No tuvo que responder al comité por qué el editor jefe se fue antes de tiempo ni qué hizo como asesor. Jefa Petra Budke (Verdes): “¡Ésa no es nuestra tarea de investigación!”



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