Durante una excursión de un club de buceo al Veerse Meer en Zelanda, murió el buceador Jan Gelan, de 54 años, de Gante. “Reparar barcos era su verdadera pasión. Por eso también tomó clases de buceo, para poder especializarse también en la reparación y el mantenimiento de embarcaciones bajo el agua”, dice su amigo Bob Hollebeke. Le sobreviven una novia y una hija, Angie.
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