El ex deportista olímpico quiere que el club de atletismo de Dwingeloo vuelva a florecer

Son las seis de la tarde cuando decenas de niños, padres, abuelos, abuelas y entrenadores entran en el campo del club de atletismo de Dwingeloo. Uno pensaría que no pasa nada, pero el hecho de que haya tanta gente en el campo es realmente especial. En los últimos años sólo había nueve atletas juveniles. Así, la cervecería vuelve a la vida y para ello un viejo conocido de la asociación trabaja intensamente.

«A finales de abril recibí una llamada preguntándome si quería volver a ser entrenadora aquí y ayudar a que la asociación volviera a florecer», dice Andrea Deelstra, dos veces atleta olímpica de maratón. «Aquí es donde está mi corazón, en Dwingeloo. Comencé aquí como atleta juvenil cuando tenía diez años. Aquí es donde comenzó mi sueño olímpico».

Por ello, la asociación es muy importante para Deelstra. De 2002 a 2009, Deelstra fue formador en Dwingeloo. «Aquí tuvimos algo realmente bonito, con casi ochenta atletas juveniles y dos entrenadores a mi lado». Pero cuando Deelstra eligió su propia carrera deportiva, participó en los Juegos Olímpicos de Río en 2016 y en Tokio en 2021, el número de miembros disminuyó lentamente.

Hasta aquella llamada a finales de abril. La formación se lleva a cabo nuevamente en días fijos y las tardes de presentación se utilizan para tratar de encontrar nuevos miembros. «Si todos están ahí ahora, tendremos veintidós miembros. Ha sido un buen crecimiento desde el 1 de mayo».

No sólo se está trabajando en el número de miembros. Se han comprado nuevos materiales, se están organizando mañanas de mantenimiento y Deelstra está manteniendo conversaciones con otros clubes deportivos y de atletismo de la zona. «Porque si empiezo a entrenar aquí, nada cambiará».

Un gran deseo es renovar la pista. «Que nuestra pista de velocidad y nuestra carrera de salto de altura es una pista sin maleza ni baches. Que tiene una buena capa superior». Deelstra está negociando este tema con varios partidos, pero también mira con esperanza al municipio. Y quién sabe, tal vez los atletas de Dwingeloo participen en los Juegos Olímpicos de 2032 en Australia.



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