El estrés, el cansancio y el abuso alimentario, protagonistas de las fiestas, se notan en la piel: la atención según un experto


Nono sólo la contaminación, el estrés y los malos hábitos ligados a una rutina de belleza apresurada y superficial, sino también la Abuso alimentario – protagonistas de las fiestas – pueden verse en el piel. El primer propósito del próximo año será cuidarlo, empezando desde dentro. Hablaremos de ello con el profesor. Julio Gualdi, Cirujano dermatólogo, especialista en patologías epiteliales y consultor de Villa Paradiso, centro en el lago de Garda dedicado a la medicina preventiva.

Cuidado facial: cinco malos hábitos que envejecen la piel

Tres buenas intenciones para el cuidado de la piel

Profesor, ¿cómo muestra nuestra piel su sufrimiento, especialmente después de períodos de excesos indispensables?

«La piel es el órgano de comunicación que nos permite relacionarnos con el mundo exterior, por lo tanto visible, una especie de centinela que nos avisa con bastante rapidez en caso de posibles patologías derivadas también de una mala alimentación. Se convierte en el espejo inmediato de todo lo que sucede en nuestro organismo. Cuando tenemos dioses déficit de alimentos, por ejemplo, al igual que el hierro o el cobre, sufrimos alteraciones en nuestro cabello o uñas. Lo contrario ocurre si comemos mal».

«Se habla mucho de Piel seca por falta de proteínas.… Por supuesto, porque en la nutrición las proteínas constituyen el elemento básico de nuestro organismo, naturalmente también las proteínas vegetales, como introducción de elementos. antioxidantes, vitaminas, polifenoles nos permiten defender y mantener sano nuestro tejido epitelial. Además, no debemos olvidar que cada mes nuestra piel cambia, por lo que merece un seguimiento constante.»

Pero ¿cómo notamos que nuestra piel cambia?

De alguna manera la piel nos habla y se hace sentir a través del picor o ardiendo o incluso descascarándose. En términos de nutrición, sin embargo, preste atención a lo que se define como la “cara de azúcar” es decir, un consumo excesivo de azúcares, componentes que generalmente producen inflamación, tanto a nivel del metabolismo como a nivel de la piel, que se vuelve más brillante y más rojo.

Otro tema relacionado con el período vacacional: la exposición al sol, especialmente a gran altura…

Esto es un gran problema, porque nuestra piel sufre una progresiva adaptación a la capacidad de broncearse, especialmente durante los meses de verano, pero durante el invierno el acercamiento a el sol es decididamente más agresivo, con una cantidad de luz que nuestra epidermis no está preparada para recibir. Imaginemos entonces cuánta violencia se ejerce con daños inevitables, a veces muy graves.

¿Cómo ayudarla? «Debemos optar por una limpieza delicada con productos de pH ácido y posiblemente con algunos bases oleosas que se integran con la tipología epidérmica. Además, nunca olvides usar cremas emolientes e hidratantes que son muy importantes y que muchas veces solucionan problemas como alergias, irritaciones, enfermedades inflamatorias. Así que siempre ten protección solar, tanto en la montaña como en la ciudad. La verdad es que la piel exige pequeños cuidados diarios que la beneficien a ella y a nuestro bienestar en general»!

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