El escepticismo barrió: Acerbi y Mkhitaryan, los ahorradores del Inter llegaron gratis

El defensa y el centrocampista juegan siempre: 31 partidos titulares para el defensor, 35 para el centrocampista. Son muy titulares en todos los aspectos y se han ganado su sitio pese a las dudas iniciales

De Roma a Milán. Con experiencia para vender pero muchas dudas, barrió rápidamente. Acerbi y Mkhitaryan juntos hicieron 66 apariciones desde el primer minuto. Y contando, como dirían en Estados Unidos: eso no es todo, da la impresión de que Simone Inzaghi difícilmente podrá prescindir de Francesco y Henrikh de aquí al final de la temporada. Quién lo diría: llevados a ampliar la plantilla y ofrecer alternativas al técnico, resultaron ser dos imprescindibles.

LA REDENCIÓN DE ACERBI

Lazio y Roma pueden tener que lidiar con sus ex en la carrera por un lugar en la Liga de Campeones. Acerbi rompió mal con el entorno biancoceleste, pese a seguir siendo un jugador propiedad del club de Claudio Lotito. En verano ya no era querido por la afición biancocelesti pero tampoco deseado por la afición interista, en virtud de esa sonrisa inmortalizada tras el gol de Tonali en el Lazio-Milán: un guerrero «sin patria y sin espada». Pero como dice el título de la canción de Pierangelo Bertoli, se presentó en los nerazzurri con cara dura: inmediatamente convenciendo y tomando su revancha. “Soy mucho más hombre que todos los que me han señalado con el dedo. No estoy aquí para ser un extra”. La súper actuación de Acerbi es la victoria de Inzaghi, que lo quería con insistencia y convenció al club a finales de agosto. Las dudas se desvanecieron de inmediato, con el paso del Plzen a la Liga de Campeones. Y si el Inter puede ganar la Coppa Italia, el mérito también es del defensa y su gol ante el Parma en los octavos de final, tras la prórroga.

MKHI INCANSABLE

Si la Lazio rompió con Acerbi, la Roma y Josè Mourinho intentaron frenar a Mkhitaryan hasta el final. El Inter aprovechó la expiración del contrato que vinculaba al armenio con los giallorossi para traer a casa un cuarto titular en el centro del campo, un jugador todo ductilidad y experiencia. Se mostró en las noches europeas: Mkhi desbloqueó el partido de clasificación de octavos de final ante el Viktoria y dominó, en silencio, ante Barcelona, ​​Oporto y Benfica. Y pensar que la temporada había abierto con un problema en los flexores del muslo izquierdo y una sustitución a la media hora en Udine, junto a Bastoni. Algunos fanáticos se quejaron: «Dybala pagó tanto como Mkhitaryan: la Roma hizo el trato». Pero todo menos se redujo: la lesión de Brozovic, con el cambio de Calhanoglu a la dirección, hizo que el armenio fuera intocable. Incansable de 34 años, trabajador y también rematador: sus goles ante la Fiorentina (al final) y el Udinese fueron decisivos.

ELLOS SIEMPRE JUGAN

Acerbi es un elemento preciado porque puede sustituir a Bastoni si es necesario, pese a no tener una fase de empuje innata como la del ex Atalanta. A estas alturas juega siempre: en Riad, en los octavos de final y en los cuartos de final de la Champions League, en los dos partidos de Copa de Italia ante la Juve. Tras el Mundial, sólo fue titular en el banquillo en Liga ante Empoli, Bologna y Monza. Mantiene su sitio al igual que Mkhitaryan, rodeado tras el regreso de Brozovic pero siempre sobre el césped pese a la reñida competencia. Si se estableciera una jerarquía actual, neta de rotación, el armenio estaría entre los tres titulares y el croata cuarto. Sin estos dos golpes, hijos de intuiciones y presiones, la temporada del Inter hubiera sido peor. Difícil probar lo contrario.



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