Si todo hubiera ido según las reglas, nuestro país habría extraditado a Abdesalem Lassoued (42) a Túnez y estaría allí en prisión cuando Suecia viniera a jugar al fútbol a Heysel a principios de esta semana. Su tierra natal lo estaba buscando después de que escapara espectacularmente de una prisión allí en 2011. Desde un agujero en la pared y la misteriosa pista hasta el expediente perdido: cómo el pasado de Lassoued alcanzó al ministro Van Quickenborne.
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