El envejecimiento de la población aumentará el gasto público en un 5 por ciento del PIB durante los próximos 25 años, predice la Comisión de Estudio sobre el Envejecimiento en su informe anual. Asegurar el financiamiento de estos costos inevitables será el desafío del próximo gobierno.
Un día después de que el gobierno federal aprobara con dificultad su acuerdo de pensiones, el comité de envejecimiento de la Oficina de Planificación está dando los toques finales una vez más. El gasto social en su conjunto aumentará en las próximas décadas del 25,7 % del PIB actual al 30,1 % en 2050. Después de este pico, los costos permanecerán estancados en un alto nivel estimado en 29,9 % en 2070.
El envejecimiento de la población explica casi por completo la creciente presión esperada sobre el gasto público social. El envejecimiento de la población aumenta significativamente tanto los costos de atención médica (del 8 al 10,7 por ciento del PIB en 2050) como las pensiones estatales (del 10,9 al 13,4). Estos costes de envejecimiento seguirán aumentando ligeramente en los años siguientes, pero el gasto relativamente decreciente en prestaciones por desempleo y por hijos debería suavizar un poco la factura total de la seguridad social.
En resumen, los futuros gobiernos enfrentarán un gasto adicional del 5 por ciento del PIB en las próximas décadas. Ese es un elemento de costo determinado que no se puede ignorar: las personas están envejeciendo, por lo que puede esperar costos adicionales de pensión y salud. En centavos de hoy, esto asciende a una cantidad de 25 mil millones de euros. Por supuesto, el informe anual del comité de envejecimiento aún no tiene en cuenta el nuevo compromiso del gobierno sobre la reforma de las pensiones. Pero esta reforma, con un ahorro estimado del 0,5 por ciento del PIB, tampoco tendrá prácticamente ningún impacto en la financiación de los costes de envejecimiento. “Un ahorro del 0,5 por ciento del PIB no es suficiente para evitar un costo presupuestario significativo del envejecimiento”, responde Johan Van Gompel, presidente del comité de envejecimiento.
Desafío
La buena noticia es que este hallazgo no es nuevo ni está empeorando. El desafío de financiar un gasto social extra del 5 por ciento se conoce por informes anteriores del mismo comité. La mala noticia es que la situación no está mejorando. Aparte de los gastos futuros esperados, el gobierno federal actual ya está luchando con un déficit presupuestario de un estimado de 4.8 por ciento del PIB. Si sumas esos dos porcentajes (gasto futuro + déficit actual), ves lo difícil que se vuelve la ‘sostenibilidad’ del estado de bienestar belga tal como lo conocemos. Bélgica es uno de los países con mayores déficits de sostenibilidad dentro de la UE, debido a la combinación de estos dos factores.
Al presentar su informe anual, la Comisión de Envejecimiento señaló otra tendencia preocupante: el número de personas que trabajan por pensionado se reducirá. Mientras que en 2022 había 1,8 trabajadores por jubilado, esto disminuirá a 1,4 trabajadores en 2070, una disminución del 22 por ciento. El presidente Johan Van Gompel saca la conclusión lógica: “El número de trabajadores aumentará menos que el número de jubilados. En el futuro, por lo tanto, habrá proporcionalmente menos personas con trabajo para asumir los costos de pensión”.