El embajador belga en Irán pudo reunirse con Olivier Vandecasteele bajo estricta supervisión
Después de 10 meses en completo aislamiento, Vandecasteele se ve aún «más delgado y con profundas bolsas debajo de los ojos». Su salud solo se habría deteriorado.
Dichos encuentros duran de 15 a 30 minutos, son filmados y supervisados de cerca por cuatro guardias y un intérprete. La semana pasada, un colega iraní confirmó al ministro de Relaciones Exteriores, Hadja Lahbib, que un belga encarcelado en Irán está acusado de espionaje. Debido a que Vandecasteele es el único compatriota que está en cautiverio, solo puede tratarse de él. Él también lo sabe, pero eso es todo.
Vandecasteele ha estado recluido en una celda de aislamiento en Irán desde el 24 de febrero. En noviembre, se vio obligado a participar en un juicio posiblemente simulado, en el que fue condenado a 28 años de prisión. Le dijo al embajador belga que lo obligaron a participar en el juicio durante horas con grilletes alrededor de los brazos y las piernas.
Diez meses en régimen de aislamiento y «tratos inhumanos» pasan factura a su cuerpo. Anteriormente se sabía que Vandecasteele tenía una infección en el pie, no le daban ropa de invierno a temperaturas bajo cero y tenía serios problemas dentales. El único tratamiento dental que ha recibido solo ha solucionado una parte de los problemas. Ahora también sufre de sus oídos.
La familia trata de mantener el caso al día. Planean una reunión en Bruselas el 22 de enero, tres días después del cumpleaños de Olivier.