El duque es una de esas películas de corazón sociable donde un vagabundo encantador puede convertirse en héroe ★★★★☆


El duque

Roger Michell (65) murió prácticamente en arnés, el pasado mes de septiembre, pocas semanas después El duque estrenada en el Festival de Venecia. Es la última película del hijo del diplomático británico nacido en Sudáfrica, que ha interpretado la comedia romántica. colina de notting (1999) dirigió su mayor éxito.

Las cifras de visitantes de El duque puede que no se acerque a eso. Pero esta comedia británica por excelencia, basada en un verdadero robo de pintura en la década de 1960, también da testimonio del talento de Michell para unir lo cómico y lo trágico. Una película con un corazón bueno y sociable, en la que un encantador vagabundo inglés de clase baja puede convertirse en héroe.

‘No culpable’, se declara Kempton Bunton (Jim Broadbent) cuando se enfrenta a la corte por el robo del retrato del general de Goya. El duque† Pero la pintura robada de la Galería Nacional estaba en la casa del taxista recientemente despedido y del dramaturgo inédito, escondida detrás de una doble pared de armarios. Bunton envió cartas anónimas al gobierno ya los tabloides: devolvería el retrato adquirido por el estado ‘en interés nacional’, siempre que el estado pagara una cantidad igual por las tarifas de visualización y escucha de los ancianos ingleses pobres. Bunton, ocupado durante años con peticiones apenas notadas sobre esta búsqueda de licencias de televisión, prefirió una sentencia de prisión en lugar de cumplir con las demandas.

Las escenas de la corte en El duque son muy divertidos, con el sospechoso, que se eleva a su papel de pícaro y, a veces, un poco payaso, como la pieza central. Pero Michell pone el corazón de su comedia en la vida familiar enferma de Bunton: este es un hombre que no tiene su propia vida en orden. Lleno de nobles intenciones, pero también irresponsable. La boca llena de principios, que su esclava esposa (Helen Mirren) no puede permitirse ser una criada. Mientras tanto, sus dos hijos rozan los bordes del delincuente menor. También hay una línea oscura en la historia: una hija que muere en un accidente, culpa de los padres.

Michell acotó dos protagonistas ideales: Broadbent, con su mirada pícara, es uno de esos hombres que te perdonan mucho, si no todo. Pero Mirren también se mete bajo la piel, gruñona y cansada, al borde de la desesperación con este marido imposible por el que ella, a veces apenas visible, todavía alberga sentimientos cálidos.

El duque se ralentiza un poco en el medio, para dar un giro inesperado al final, también cierto y muy inteligentemente incorporado. Aquellos que vayan a ver la película harían bien en evitar la página de wikipedia sobre el robo de antemano.

El duque

Comedia

Dirigida por Roger Michell

Con Jim Broadbent, Helen Mirren, Fionn Whitehead

96 minutos. En 81 habitaciones



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