El director de la UBS, Sergio Ermotti, pide sanciones más duras para los banqueros negligentes


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El director ejecutivo de la UBS, Sergio Ermotti, ha pedido mayores poderes para el regulador financiero de Suiza y sanciones para los banqueros negligentes tras el colapso de Credit Suisse.

En una rara muestra de apoyo por parte de un banquero de alto nivel a regulaciones más estrictas, el director de la UBS -que rescató a su antiguo rival en marzo en la adquisición bancaria más importante desde la crisis financiera- dijo que Suiza debería aumentar la responsabilidad personal en su sector bancario.

“Debería ser más fácil para el banco o el regulador perseguir a personas que demostraron una gran negligencia en sus funciones”, dijo Ermotti en un discurso en la Universidad de Zurich el miércoles por la noche.

Añadió que si bien no había necesidad de cambiar fundamentalmente el marco regulatorio de Suiza, sí merecía la pena realizar modificaciones específicas para “abordar las causas profundas del colapso de Credit Suisse”.

Estos incluyen fortalecer “las herramientas para la intervención temprana de los supervisores basándose en un conjunto objetivo de indicadores y al mismo tiempo confiar en una base legal sólida para tales acciones”, dijo Ermotti.

El jefe de la UBS estaba respaldando un paquete de reformas a las reglas bancarias de Suiza presentado por un panel de expertos financieros designado por el gobierno en septiembre.

Entre las principales conclusiones del grupo, que tuvo la tarea de analizar el casi colapso de Credit Suisse, fue que el regulador de mercados del país, Finma, era demasiado débil para manejar las crisis bancarias adecuadamente.

En el primer análisis público y oficial de la crisis, se encontró que a Finma le faltaba fuerza en comparación con sus pares internacionales y luchaba por imponer su voluntad en el sector bancario del país.

Los problemas de larga data en Credit Suisse llegaron a un punto crítico en marzo, cuando un colapso en el precio de las acciones del banco y el éxodo de los activos de los clientes llevaron a las autoridades suizas a pedir a la UBS que rescatara a su vecino.

La caída de Credit Suisse –una institución de 167 años de antigüedad que financió la revolución industrial de Suiza– generó recriminaciones dentro del país, y se está llevando a cabo una investigación parlamentaria sobre el colapso.

La desaparición del banco se produjo tras más de una década de escándalos y pérdidas, que Ermotti caracterizó el miércoles como un “lento y doloroso declive y un final dramático” que fue “vergonzoso para el centro financiero suizo y para la imagen de Suiza en general”.

En una evaluación de las fallas de Credit Suisse y la responsabilidad de su equipo administrativo y su directorio durante los últimos años del banco, Ermotti dijo: “Muchas partes interesadas clave ignoraron las señales de advertencia o, peor aún, las ignoraron”.

Añadió: “[Credit Suisse] tuvo repetidas fallas operativas y de gestión de riesgos que socavaron la credibilidad de su liderazgo y de la junta directiva.

“Esta gobernanza ineficaz, a su vez, condujo a una rotación excesiva en puestos clave de la junta directiva y de la gerencia, lo que socavó aún más la responsabilidad individual en toda la empresa”.



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