A partir de entonces, se deberá pagar un máximo de 1,95 euros por litro de diésel (B7), lo que supone un aumento de 2,3 céntimos de euro. El litro de GLP cuesta 0,68 euros, lo que supone un aumento de 4,6 céntimos de euro.
El abastecimiento de gasóleo (50S) también resultará más caro. Para pedidos superiores a 2.000 litros, el precio máximo asciende a 1,0283 euros el litro (+2,03 céntimos de euro).
Los aumentos de precios se deben a las cotizaciones de los productos derivados del petróleo y los biocomponentes en los mercados internacionales.