El camino para reprogramar el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia a través de fondos europeos es muy estrecho. La confirmación proviene de un estudio de Svimez, la asociación para el desarrollo del sur de Italia, que estima el importe que podría recuperarse de los recursos de los fondos estructurales para cubrir aquellas intervenciones del Pnrr que presentan mayores elementos de criticidad y debilidad.
En julio, la propuesta de revisión presentada por el Ministro de Asuntos UE, Sur, Cohesión y PNRR, Raffaele Fitto, sacó 15,9 mil millones del alcance del Plan, de los cuales aproximadamente 13 mil millones pertenecían a los municipios, con el compromiso de luego encontrar fondos alternativos dentro de los tanques de cohesión que no corran el riesgo de caer en la trampa de 2026 prevista para el plan de Recuperación.
Coherencia limitada entre los proyectos Pnrr y los programas de cohesión
Los fondos europeos para la programación 2021-2027, por ejemplo, nos permitirían tener tres años más de respiro, porque su fecha límite de gasto está fijada para 2029. Pero, ¿podrán utilizarse plenamente para este fin? La investigación de Svimez, que analizó en detalle las normas de la Comisión Europea sobre el uso de los fondos FEDER y FSE-plus, arroja un resultado muy parcial. Se podrían calcular, sin entrar en negociaciones complicadas con la Comisión de la UE, alrededor de 8.200 millones de ellos, la mitad (4.100 millones) para el Sur. El cálculo parte de una base precisa: las 83 intervenciones que en el Informe sobre el estado de implementación del Pnrr presentado al Parlamento presentan los mayores elementos de debilidad y criticidad respecto de la posibilidad de alcanzar los objetivos del Plan. Por tanto, Svimez consideró la dimensión financiera de estos proyectos, su coherencia y compatibilidad con los objetivos estratégicos y las concentraciones temáticas previstas por la normativa europea y el Acuerdo de Asociación, que es el marco de toda la programación italiana para 2021-27. Y se tuvo en cuenta que la mayor parte de los recursos del FEDER (72 %) se asigna en cualquier caso a las regiones menos desarrolladas, es decir, las del Sur (con excepción de Abruzzo), mientras que las intervenciones que salen del Pnrr tienen un mayor Distribución homogénea en todo el territorio nacional. Resulta que de las 83 intervenciones más críticas del Pnrr, sólo 29 son coherentes con la arquitectura de los fondos de cohesión europeos y, por lo tanto, podrían cubrirse con los programas FEDER y FSE-plus. Por un total de 8,2 mil millones. También es cierto que las rigideces reglamentarias exigirían todavía un acuerdo previo con las Regiones responsables de los Programas.
Necesario modificar los programas operativos y el Acuerdo de Asociación
Hay, sin embargo, un segundo nivel que, con mayor dificultad, podría alcanzarse. Se trata de otras 17 intervenciones con elementos de debilidad -22,3 mil millones de los cuales 10,5 mil millones se refieren al Sur- para las cuales, aunque se respeta la coherencia básica con los objetivos y las normas de los fondos europeos, sería necesario actuar de manera más profundidad para modificar los programas regionales moviendo recursos entre los distintos objetivos estratégicos. Y no sólo eso: lo más probable es que sería necesario volver a notificar a la Comisión de la UE los Programas y quizás también todo el Acuerdo de Asociación, sobre el que Bruselas ha mostrado cierta rigidez en el pasado.
No se debe pasar por alto que también existe la opción de otro instrumento de cohesión considerado por el gobierno en el mecanismo de sustitución de cobertura. Es el Fondo de Desarrollo y Cohesión, que es nacional y no europeo. Pero incluso en este caso, Svimez destaca la complejidad debida a la restricción territorial de destino, que prevé la asignación del 80% a las regiones del Sur y del 20% a las del Centro-Norte. Una clave de asignación difícil de armonizar con la distribución mucho más equilibrada de los proyectos Pnrr en riesgo de cancelación en el país.