Para cientos de niños en Flandes, la educación no es un derecho, sino un sueño inalcanzable. Las escuelas piden regularmente a los padres que mantengan en casa a los niños con problemas de conducta con una baja, dice la comisionada de derechos del niño, Caroline Vrijens. ¿Por qué esta exclusión encubierta permanece fuera del radar? ¿Y qué se debe hacer al respecto?
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