Según las desavenencias que recoge el diario español El País, la Comisión Europea se prepara para presentar un plan de emergencia que incluso incentiva la producción de energía mediante el aprovechamiento de los combustibles fósiles más contaminantes en sustitución del gas.
El 14 de julio de 2021 parece ser la fecha de otra era. Ese día la Comisión Europea presentó por primera vez el paquete Apto para 55ocho iniciativas diferentes que en su conjunto pretenden reducir las emisiones en un 55% para 2030 respecto a los niveles de 1990, y por tanto también el bloqueo absoluto en la venta de coches con motor térmico para 2035. Es justo recordar que el plan Apto para 55 consta de ocho iniciativas diferentes que en general tienen como objetivo reducir las emisiones en un 55% para 2030 en comparación con los niveles de 1990, y luego lograr la neutralidad de carbono para 2050. El 29 de junio, llegó la luz verde política del Consejo de ministros de medio ambiente de los países de la UE. En los próximos días, en cambio, hablaremos de maniobras políticas que tienen un signo exactamente opuesto, con el regreso a la producción de energía a través del más contaminado de los combustibles fósiles, a saber, el carbón. La reflexión sobre un sector naciente como el del coche eléctrico y sus proclamas de impacto cero son evidentes.
En reversa
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Según las desavenencias recogidas por el diario español El Paìs, el plan de emergencia energética que la Comisión Europea presentará el próximo 21 de julio en Bruselas, y que luego acabará sobre la mesa de los ministros de energía el martes 26 de julio, prevé una relajación de las restricciones ambientales, incluido el control de las emisiones de dióxido de carbono de la industria para permitir el uso de carbón en lugar de gas para la generación de electricidad. Esta es una medida temporal y excepcional, esta es la posición formal, porque la Comisión mantiene como prioridad “el cambio hacia las energías renovables”, pero aplicará “toda la flexibilidad disponible temporalmente”. El plan de la Comisión incluso incluiría incentivos para volver al uso de carbón en lugar de gas tanto en la generación de electricidad como en los procesos industriales. Sin embargo, referirse únicamente a la emergencia creada por la crisis en Ucrania es un error. Se está discutiendo el posible fracaso sustancial de toda la política comunitaria a favor de las fuentes renovables. Esto lo certifican los números. En un país como Italia, según datos facilitados por Terna, en 2021 la demanda de electricidad (318.075 GWh) aumentó un +5,6% respecto a 2020, y disminuyó ligeramente un -0,5% respecto a 2019. El 51% de esta demanda fue cubierto por la producción de fuentes no renovables, el 36% de fuentes renovables, es decir, energía hidroeléctrica, fotovoltaica y eólica. En 2021, China produjo 706 TWh de energía a partir de fuentes renovables, Europa en 27 solo 55 TWh.