El club de natación y waterpolo Moby Dick de Schoonebeek se encuentra en una situación desesperada. Después de la pandemia del coronavirus, el club se enfrenta a una fuerte caída en el número de socios, especialmente entre los nadadores jóvenes.
Jan Bartels, jugador activo de waterpolo y miembro de la junta directiva del club, advierte: “El agua está en nuestros labios”. Sin socios nuevos y jóvenes, el club corre el peligro de no poder continuar por mucho más tiempo.
Mientras que muchos niños solían venir a Moby Dick después de obtener su diploma de natación para desarrollar aún más sus habilidades, ahora la afluencia de nuevos miembros es casi inexistente. “Antes, los niños solían ir a nuestro club después de obtener un diploma de natación”, afirma Bartels. “Pero hoy en día eligen cada vez más otros deportes, como el fútbol o el voleibol, sobre todo porque esos partidos se disputan los sábados”.
Ese horario es ideal para actividades deportivas, pero juega en contra del club. “El sábado por la mañana es el momento de entrenamiento para los jóvenes que llegan, pero muchos niños eligen luego otros deportes”, afirma Bartels.
Otro problema importante para el club es la falta de horarios disponibles para nadar en la piscina De Slagen. “Tenemos un horario de entrenamiento en la piscina limitado; solo los miércoles por la tarde de siete a diez y los sábados por la mañana”, explica Bartels. “Apenas hay otras opciones y entrenar después de las nueve de la noche entre semana no es una opción para los niños”.
Durante el día, el municipio utiliza la piscina para clases de natación y otras actividades. “Lo consideramos una competencia, porque nosotros, como asociación, no podemos ir allí en esos momentos, mientras que a los niños se les enseña a menudo en grupos pequeños. Podríamos compartir la piscina fácilmente”.
Moby Dick lleva años organizando actividades para entusiasmar a los jóvenes por la natación y el waterpolo. En colaboración con entrenadores deportivos de Emmen, se organizan clínicas y actividades de juego accesibles, dirigidas específicamente a niños de primaria. “Vemos que los niños se entusiasman con estas actividades”, afirma Bartels. “Pero lamentablemente apenas nos trae nuevos miembros”.
Además de la disminución de socios juveniles, el club también está envejeciendo entre sus jugadores de waterpolo. Aunque todavía hay un buen equipo masculino y femenino, con entre 15 y 18 jugadores, Bartels teme por el futuro. “El problema es que no tenemos equipos juveniles que apoyen a estos equipos. Sin jóvenes esto se detendrá en algún momento”. Además, la piscina de Schoonebeek sólo tiene cuatro calles, lo que es demasiado pequeña y poco profunda para las competiciones. Por ello, incluso los partidos en casa se juegan en Coevorden.
Moby Dick mira hacia el futuro, pero sin nuevas incorporaciones, el futuro del club de natación sigue siendo incierto. Como destaca Bartels: “Esperamos que esta tendencia se revierta y podamos seguir ofreciendo el placer de nadar sin preocupaciones durante muchos años más”.