La Uber china, Didi Chuxing, invitó a sus accionistas a una votación sin precedentes el sábado. El 23 de mayo deberán decidir sobre su salida de la Bolsa de Valores de Wall Street. Desde hace varios meses la empresa sufre la ira de Pekín, enojada por no haber sido escuchada, ni privilegiada durante la presentación de Didi. Bastante inconsciente es la empresa china que no quiso escuchar el ” recomendaciones ” fiesta.
La desobediencia de Didi le costó muy cara
El 30 de junio de 2021, Didi se hizo pública en los Estados Unidos. Desde entonces, el gobierno chino ha seguido presionando a la empresa. Multiplica investigaciones y sanciones, aunque signifique poner en peligro uno de sus buques insignia digitales. Prohibido en las tiendas de aplicaciones en el Reino Medio, perdió el 30% de sus usuarios.
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El sábado anunció una caída del 12,7% en su facturación, sufriendo un déficit de 27 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2021. Valuada en 67.000 millones de dólares hace casi un año, su valor se dividió por 7 desde entonces.
Anticipándose a su salida de Wall Street, Didi había iniciado un trámite para encallar en Hong Kong. Pero el gobierno chino no ha terminado y ha citado deficiencias en la ciberseguridad. Resultado: Hong Kong esperará.
Durante 18 meses, las autoridades chinas han emprendido una vasta campaña de represión del sector digital. Si Ant Group, el buque insignia de Alibaba, hubiera sido un objetivo privilegiado, su peligro es demasiado arriesgado económicamente. Didi Chuxing parece ser un chivo expiatorio más fácil de romper.