Mil millones en tres sesiones, otro verano de mercado de gasto loco, intervenciones sobre todo en la zona del campo donde los Blues tuvieron más problemas el año pasado. ¿Será suficiente para convertirlos en un escuadrón?
Todo el mundo ha tenido ese amigo que un día se obsesiona con el gimnasio y se encierra en él, lo ves en la cena una vez de cada tres, cuando aparece sin cerveza y salami sino ensaladas y batidos de proteínas que cuestan aún más, paso los meses y no lo entiendes luego llega la temporada del mar, se quita la camiseta y muestra su abdomen esculpido mientras tu metes la barriga. Pues puede que con el Chelsea acabe así. Desde que cambió de manos ha ganado una vez de cada tres (16 aciertos de 50 partidos el año pasado), ha tenido dos sesiones de mercado de fichajes de ensaladas muy caras, pasa el tiempo y no entiendes lo que tiene en mente, o mejor dicho lo entiendes pero todavía no lo ves. Pues un año después, la lógica quiere que los Blues empiecen a mostrar su musculatura.