Helmond- Tom van Keizerswaard, del restaurante De Waard en el mercado de Helmond, escuchó un ruido sordo mientras servía comida en la terraza. Al principio pensó que una almohada había caído a unos metros de distancia. Pero, para su horror, vio que se trataba de la cabeza de un niño que giraba en su dirección.
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