Durante las inspecciones salieron a la luz varias carencias que, según el Departamento de Sanidad, son demasiado graves para dejarlas pasar. Por ejemplo, en las residencias de ancianos no había asistente residencial y además se tardaba demasiado en responder a las llamadas de emergencia.
En el centro de atención residencial, esto se debió a la escasez en cuanto a la seguridad de los medicamentos, las acciones de atención y la práctica de la atención. También allí las llamadas de emergencia quedaron sin respuesta durante demasiado tiempo.