El capitán del Alba, Sikma: «Nos patearon el culo»


Por Sebastián Kayser

Las camisetas de los campeones ya estaban listas, la sala se agotó por primera vez en años con 14.500 espectadores, 19 victorias seguidas fueron detrás de los basquetbolistas del Alba Berlín.

Todo estaba preparado para el undécimo campeonato de la general y el tercero consecutivo. Pero el campeón defensor sufrió una bancarrota histórica, perdiendo la tercera de un máximo de cinco finales contra el FC Bayern Munich 60:90 el viernes por la noche.

Tras la mayor quiebra en casa de la historia del club, la camiseta del título se quedó en el palco y tuvo que marcharse a Múnich, donde el domingo se disputará la cuarta final (15.00 horas, Sport1 y Magenta Sport en directo).

Completamente innecesario, porque el Bayern tuvo que hacer frente a la pérdida de varias estrellas. A Darrun Hilliard (29), Corey Walden (29) y Vladimir Lucic (33) se unió el exalbatros Leon Radosevic (32), que tuvo que ir al hospital con un resfriado febril poco antes de partir hacia Berlín.

Alba, en cambio, estaba completo salvo Marcus Eriksson (28), que llevaba meses desaparecido. Pero sobre todo, las esperanzas de los berlineses ahora están puestas en el sueco. Su lesión en el pie parece haberse curado, podría celebrar hoy la ansiada remontada.

El Bayern tiene que aprovechar la destacada actuación del viernes si quiere seguir soñando con el campeonato. «Puedes cometer errores, pero nunca debes rendirte. Esa fue la mejor respuesta que pudiste dar hoy», dijo el técnico Andrea Trinchieri (53).

Alba, por su parte, estaba completamente atónita. «Nos patearon el trasero», dijo Luke Sikma, de 32 años. «Lo hicieron todo mejor que nosotros: rebotearon, lanzaron y defendieron mejor. Estábamos parcialmente paralizados”, es el resumen frustrado del técnico Israel González (47). Y el jugador nacional Johannes Thiemann (28) admite: “Un mal partido nuestro. Estábamos demasiado eufóricos. La gente de Munich lo quería más que nosotros, eran más físicos”.

Precisamente por eso el punto de inflexión ya no es utópico. Sería la primera vez desde 1989 (Bayreuth vs. Leverkusen) que se anula una final tras el empate 0-2.



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