El canciller alemán Olaf Scholz insta a negociar una política migratoria más estricta


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El canciller Olaf Scholz propuso conversaciones con el principal partido de la oposición y los líderes regionales de Alemania para endurecer la política de inmigración después del ataque terrorista del viernes en el que murieron tres personas.

Las conversaciones se centrarán en cómo mejorar el historial de Alemania en la deportación de solicitantes de asilo rechazados a sus países de origen y en la lucha contra el terrorismo islamista, así como en posibles cambios en las leyes de armas del país.

“No volveremos a la normalidad, sino que aprenderemos la lección”, afirmó Scholz tras reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer.

Scholz dijo que la ministra del Interior, Nancy Faeser, mantendrá “muy pronto” conversaciones con la opositora Unión Demócrata Cristiana, así como con representantes de los 16 estados y los ministerios federales pertinentes para discutir la inmigración.

La apertura a la oposición es una muestra del profundo malestar que ha generado en Berlín el atentado del viernes. El supuesto agresor en la ciudad occidental de Solingen era un ciudadano sirio cuya solicitud de asilo había sido rechazada y que debía haber sido deportado a Bulgaria, el país por el que entró por primera vez en la UE. Sin embargo, la deportación nunca se llevó a cabo.

El hombre, identificado por las autoridades sólo como Issa Al H debido a las leyes de privacidad alemanas, es sospechoso de apuñalar a muerte a tres personas en Solingen el viernes y herir a otras ocho. El grupo terrorista ISIS se ha atribuido la responsabilidad del ataque. Issa Al H se entregó a la policía el sábado y fue puesto bajo custodia.

El atentado de Solingen ha ensombrecido las elecciones que se celebrarán este domingo en los estados federados de Sajonia y Turingia, en el este del país. Los resultados electorales podrían suponer un importante avance para el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD).

El líder de la CDU, Friedrich Merz, ha dicho que Alemania debería dejar de aceptar inmediatamente refugiados de Siria y Afganistán y comenzar a deportar a criminales de ambos países. © Clemens Bilan/EPA-EFE/Shutterstock

El líder de la CDU, Friedrich Merz, se había ofrecido a trabajar con Scholz y su partido socialdemócrata para actualizar la política de inmigración de Alemania, incluso a costa de molestar a los socios de coalición de Scholz, los Verdes y los liberales.

Durante el fin de semana, Merz dijo que el gobierno debería dejar inmediatamente de aceptar refugiados de Siria y Afganistán y comenzar a deportar a criminales de ambos países.

Scholz y Merz discutieron los temas en la cancillería el martes, pero el canciller se ha mostrado frío ante las propuestas de Merz, diciendo que el derecho de asilo, consagrado en la constitución alemana, no puede ser abolido.

El gobierno afirma que está avanzando en las deportaciones. Según el Ministerio del Interior, 9.500 personas fueron deportadas de Alemania en el primer semestre de 2024, en comparación con 7.861 en el mismo período de 2023. El ministerio afirmó que 16.430 personas fueron deportadas en 2023, frente a las 13.000 de 2022.

Pero hasta ahora las autoridades no están deportando a nadie a Siria y Afganistán, en gran parte debido a la situación de seguridad en ambos países, aunque Scholz anunció en junio que los ministros estaban explorando formas de permitir las repatriaciones de sirios y afganos que han cometido delitos graves.

“Es por eso que el gobierno continuará sus esfuerzos para restringir aún más la inmigración irregular”, dijo.

Dijo que los ministros habían estado trabajando duro desde el fin de semana en una serie de iniciativas legislativas para abordar el tema.

“Entre ellas se incluirán un endurecimiento de las leyes sobre armas, medidas contra el islamismo violento y medidas relacionadas con el derecho de residencia, especialmente aquellas que harán aún más fácil la deportación de personas”, dijo Scholz.



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