El bombardeo de un complejo turístico en la región autónoma kurda de Irak, que dejó nueve muertos y decenas de heridos el miércoles, ha provocado una escalada de la crisis con Turquía. Las imágenes de video muestran un idilio de verano siendo destrozado por el impacto de la artillería. Los turistas corren gritando por un parque cerca de la ciudad de Zakho. El primer ministro iraquí Kadimi culpa a Turquía por el bombardeo que mató a mujeres y niños.
La ira en Irak es grande. El Consejo de Seguridad iraquí exige la retirada del ejército turco, que cuenta con decenas de bases militares en el norte de Irak para la lucha contra el grupo terrorista kurdo PKK. El líder chiíta Muqtada Sadr pidió la suspensión de las relaciones diplomáticas con Turquía. Las protestas estallaron el miércoles por la noche en la antigua embajada turca en Bagdad, donde estaba arriada la bandera turca, y en instituciones turcas en otras ciudades iraquíes.
Turquía lanzó una gran ofensiva militar contra el PKK en las montañas del norte de Irak en abril, con la aprobación tácita del presidente kurdo Barzani. Hay una lucha feroz. Pero las bajas civiles iraquíes son generalmente raras. Sin embargo, un incidente fatal parecía una cuestión de tiempo. Porque a pesar de que la región alrededor de Zakho era una zona de guerra, a los agentes de viajes iraquíes todavía se les permitía llevar turistas a cascadas y otros lugares de interés.
Retórica y propaganda
Turquía niega la responsabilidad del ataque, expresa sus condolencias a las familias de las víctimas y culpa al PKK. “Invitamos a los funcionarios iraquíes a trabajar juntos para descubrir a los verdaderos autores de este trágico incidente”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía. Turquía también pide al gobierno iraquí que no haga declaraciones sobre un ataque “influido por la retórica y la propaganda” del PKK.
Pero la ira en Bagdad es demasiado grande para eso. El gobierno iraquí ya estaba menos complacido con la acción transfronteriza del ejército turco que Barzani, un aliado del presidente Erdogan. Bagdad ve la presencia de bases militares turcas como una violación de su soberanía y teme una anexión progresiva de su territorio. Aún así, queda por ver si el Consejo de Seguridad presionará para que se retiren las tropas turcas y qué hará si Turquía se niega a cumplir.
Varios países occidentales, incluidos los Países Bajos, han condenado el ataque.
El punto álgido del incidente se reveló el jueves en el Aeropuerto Internacional de Erbil, donde los cuerpos de las víctimas fueron recibidos por altos líderes gubernamentales. El presidente de la Región Autónoma Kurda, Nechirvan Barzani, y el ministro de Relaciones Exteriores, Fuad Hussein, llevaron el ataúd de Zahra, de 1 año, la víctima más joven del bombardeo. El parlamento iraquí se reunirá en una sesión extraordinaria el sábado para discutir los próximos pasos.
Varios países occidentales, incluidos Alemania, Estados Unidos, Reino Unido y Holanda, condenaron el ataque y expresaron sus condolencias a las víctimas. Pero ninguno de ellos responsabilizó de inmediato al ejército turco por el ataque. “Este tipo de ataque nunca debería ocurrir”, tuiteó el consulado holandés en la ciudad de Erbil, en el norte de Irak. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania pidió una investigación temprana sobre las circunstancias.
Una versión de este artículo también apareció en el periódico del 22 de julio de 2022.