El BCE sufre la primera pérdida desde 2004 debido al aumento de los costes por intereses


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El Banco Central Europeo ha anunciado su primera pérdida anual en casi dos décadas, lo que ha llevado a las autoridades a trasladar un déficit anual para compensarlo con ganancias futuras por primera vez en su historia.

La pérdida de 1.300 millones de euros para 2023 refleja el impacto de las mayores tasas de interés pagadas a los bancos centrales nacionales, que el BCE ha elevado a un nivel récord en respuesta al mayor aumento de la inflación en su historia.

El banco central habría sufrido una pérdida mucho mayor el año pasado si no hubiera utilizado los 6.600 millones de euros restantes de provisiones que acumuló en los últimos años para cubrir riesgos financieros.

Las tasas más altas elevaron el gasto neto por intereses del BCE, lo que refleja un fuerte aumento en los intereses pagados a otros bancos centrales nacionales que comparten el euro, de 900 millones de euros en 2022 a 7.200 millones de euros el año pasado.

Sin embargo, el interés que gana el BCE sobre la vasta cartera de bonos comprados durante la última década no ha aumentado tanto como muchos de estos son títulos gubernamentales a largo plazo que han fijado tasas bajas o incluso negativas durante muchos años.

La pérdida podría aumentar la presión política sobre el BCE y amenazar su independencia, aunque la mayoría de los analistas piensan que no debería importar si los bancos centrales son rentables.

La desaceleración en las perspectivas financieras del BCE ya lo obligó a eliminar el dividendo que paga a los bancos centrales nacionales el año pasado. Estos pagos de dividendos, que ascendieron a 5.800 millones de euros entre 2018 y 2022, suelen ser transferidos por los bancos centrales nacionales a los gobiernos de la eurozona.

El banco central dijo que era «probable que incurriera en pérdidas en los próximos años, pero se prevé que luego volverá a obtener ganancias sostenidas». Añadió que su balance estaba respaldado por su capital y “cuentas de revalorización sustanciales”, que en conjunto ascendían a 46.000 millones de euros a finales del año pasado.

«En cualquier caso, el BCE puede operar eficazmente y cumplir su mandato principal de mantener la estabilidad de precios independientemente de cualquier pérdida», añadió.

La última vez que el BCE tuvo una pérdida anual fue en 2004, cuando se vio afectado por pérdidas cambiarias debido a la rápida apreciación del euro, pero absorbió esa pérdida en lugar de seguir adelante. El año pasado, el BCE no obtuvo beneficios porque utilizó provisiones para compensar un déficit de 1.600 millones de euros.



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