En 1886, un educado caballero de gran barba tocaba el timbre de las casas elegantes de Heerenveen. Se presentó como el barón De Thouars y necesitaba dinero con urgencia. Pronto adquirió fama nacional, porque a los lectores de los periódicos les encantaban las historias sobre sus especiales aventuras, su estancia en Veenhuizen y sus fugas. ¿Quién era él de todos modos?
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