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El banco central de México redujo su tasa de interés de referencia en 25 puntos base el jueves, mientras que las autoridades advirtieron sobre los riesgos a la baja para el crecimiento durante la volatilidad global que ha afectado al peso.
El directorio del Banco de México votó por 3 a 2 a favor de reducir la tasa de referencia al 10,75 por ciento. Los encargados de fijar las tasas, divididos, advirtieron que la reciente crisis financiera mundial había afectado al país además de la prolongada “debilidad” de la economía desde fines del año pasado.
“El balance de riesgos para el crecimiento de la actividad económica sigue sesgado a la baja”, dijo el directorio en su comunicado.
El peso se fortaleció frente al dólar a su mayor nivel en una semana, a 18,9, luego de la decisión.
México, el principal socio comercial de Estados Unidos, es señalado regularmente por los inversionistas como uno de los principales beneficiarios potenciales de la tendencia de deslocalizar las cadenas de suministro a Estados Unidos. Pero aún no se ha materializado un auge de la inversión y los analistas pronostican un crecimiento de apenas el 1,8% este año y el 1,6% en 2025, según una encuesta del banco central.
Las exportaciones del país se han visto afectadas por una moneda fuerte, mientras que los planes del partido gobernante para realizar cambios constitucionales radicales, los inminentes recortes del gasto gubernamental y la incertidumbre en torno a las elecciones estadounidenses también están afectando el sentimiento.
Gabriel Lozano, economista de JPMorgan, dijo: “La actividad económica se está enfriando en varios frentes y eso es lo que más me preocupa, la desaceleración empezó antes del enfriamiento de las condiciones económicas en EEUU”.
La presidenta electa de izquierda Claudia Sheinbaum, que asumirá el cargo en octubre, tendrá que gestionar el deterioro del entorno económico mientras intenta reducir el déficit presupuestario más alto desde la década de 1980.
El peso mexicano, una de las monedas más negociadas en los mercados emergentes, ha sido una de las de mejor desempeño en los últimos años, con los inversores acudiendo en masa a un lucrativo carry trade impulsado por sus tasas de interés relativamente altas.
Pero el peso está ahora un 11,2 por ciento más débil desde que el partido de izquierda gobernante ganó una supermayoría casi absoluta en las elecciones de junio, prometiendo reformas radicales de los sistemas político y judicial.
La semana pasada, los temores de una recesión en Estados Unidos, donde México envía tres cuartas partes de sus exportaciones, aumentaron la volatilidad, ya que el dólar alcanzó un mínimo de 20,04 pesos por dólar el 5 de agosto, antes de caer por debajo de los 19 pesos.
El directorio de Banxico pareció desestimar la volatilidad del tipo de cambio en su comunicado del jueves, dijeron analistas.
Liam Peach, economista senior de mercados emergentes de Capital Economics, dijo: “La reciente depreciación del peso fue… mencionada, pero fue solo un comentario pasajero y no parece haber jugado un papel en la toma de decisiones del banco central”.
Peach agregó que el ciclo de flexibilización del banco probablemente será lento y gradual.
Los bancos centrales de América Latina estuvieron a la vanguardia de la lucha contra la inflación durante la pandemia de coronavirus; el Banco de México aumentó las tasas a mediados de 2021, mucho antes que la Reserva Federal de Estados Unidos.
En marzo, Banxico se convirtió en el último banco central importante de la región en comenzar a recortar las tasas. Algunos analistas creen que todavía hay amplio margen para recortarlas, si el crecimiento sigue siendo decepcionante.
Otros destacaron que la inflación se ha acelerado durante los últimos cinco meses y llegó al 5,57 por ciento en julio. Los aumentos de precios no subyacentes en artículos como frutas, verduras y energía han sido particularmente elevados.
En su comunicado, el banco central elevó su pronóstico de inflación para el cuarto trimestre al 4,4 por ciento, desde el 4 por ciento.
“No tiene sentido”, dijo Gaby Siller, analista de Banco Base. “Esta decisión podría afectar la reputación del Banco de México… es inconsistente”.
El banco dijo que un futuro entorno inflacionario puede permitir discutir nuevos recortes y que tendrá en cuenta que “los shocks globales seguirán desvaneciéndose y el impacto de la débil actividad económica”.