En la Vigo española, situada en la región noroccidental de Galicia, los bañistas deben planificar su visita al baño antes de ir a la playa. Por ejemplo, la ciudad ha introducido una ley que prohíbe por completo los charcos en el mar o en la playa. Los bañistas que realmente no pueden contenerse y que orinan rápidamente en el mar, se arriesgan a una multa de nada menos que 750 euros.
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