ESTE es el autobús público más salvaje del mundo, que se ha convertido en una piscina de 30 pies de largo con capacidad para 10 personas.
El extraño motor, creado por el artista francés Benedetto Bufalino, se vendió el año pasado por sólo 86 peniques.
Bufalino ideó este proyecto único en colaboración con Eurolens en un esfuerzo por ayudar a la revitalización cultural de la ciudad de Lens, en la región francesa de Calais.
El autobús fue volcado de costado y desmontado para poder llenarlo con agua.
Se han realizado modificaciones para hacerlo estanco, permitir la filtración y añadir un puesto de socorrismo.
El artista incluso añadió un sistema de calefacción de piscina, aumentando la temperatura entre 27 °C y 29 °C para ayudar a los nadadores a afrontar las condiciones más frías del norte de Francia.
Aparte de eso, sin embargo, gran parte del vehículo parece haber quedado intacto, con los enormes neumáticos y gran parte de las tuberías debajo.
En este extravagante lido, todavía adornado con pintura naranja y violeta, caben 10 personas a la vez, vigiladas por un solo salvavidas.
Se abrió al público en agosto de 2019, pero se cerró durante la pandemia y se almacenó.
Sorprendentemente, resurgió el año pasado y los artistas lo vendieron en un sitio web de segunda mano por el precio simbólico de 86 peniques (1 euro).
El dijo La conexión: “Fue divertido para la gente de Lens ver algo con lo que estaban tan familiarizados, el autobús que tomaban todos los días para ir al trabajo o a la escuela, convertido en otra cosa.
“Nuestras ciudades están saturadas de coches, siempre estamos en movimiento y en movimiento.
“Mi trabajo es una oda a la lentitud, a tomarte tu tiempo para hacer las cosas.
“Quiero cambiar la forma en que vemos los vehículos. Para mí, simbolizan el movimiento interminable de la vida moderna.
“Por eso los convierto en cosas que invitan a la gente a detenerse y disfrutar un rato”.
Añadió que quería que quien lo comprara lo pusiera a disposición del público también y no sólo lo guardara en su jardín privado.
Se produce después de que un apasionado del motor probara el auto Lo Res, parecido a una “nave espacial extraterrestre”, y algunos lo llamaron “ataúd sobre ruedas”.