El ataúd de Napolitano en la Cámara. En marcha los funerales seculares

Finocchiaro concluyó su discurso con la voz quebrada por la emoción, recordando en particular cuando «trabajó durante mucho tiempo con el presidente, incluso con intercambios de opiniones tormentosos (yo, que más que las tensas llamadas telefónicas, temía sus cartas, con escribiendo aún más puntiagudo y oblicuo cuanto más enojado estaba conmigo)». Y dijo, un poco conmovida: «Puedo decir con plena conciencia a su familia, a tantos que, como yo, lo han respetado y amado profundamente, a sus adversarios que, incluso con los errores que son humanos, el Presidente Napolitano ha Pasó su vida por Italia y su memoria pertenece a ella».

Leer: Berlusconi y Napolitano se aclararán allí arriba

Giorgio Napolitano y Silvio Berlusconi, recordó Gianni Letta, ex subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros y presidente de Civita, eran «dos personas tan lejanas, dos historias lejanas, dos mundos opuestos, dos figuras distintas, llamadas a compartir los más altos cargos del Estado. Esa convivencia pudo haber sido difícil y no siempre fue fácil, no faltaron momentos de tensión y controversia, pero a ambas partes nunca les faltó la voluntad y la fuerza para mantener la relación en la línea de la corrección institucional.»

Con la muerte de Napolitano, prosiguió Letta, «se cierra también un capítulo atormentado y complejo de esta historia: después de Berlusconi, Napolitano, con tres meses de diferencia. Me gusta imaginar que al encontrarse allí arriba podrán decirse lo que no dijeron aquí abajo y, una vez que toda la controversia haya amainado, podrán aclararse y encontrarse en la luz».

Napolitano «amaba la lucha política, un largo camino, lleno de muchas batallas, que atravesaba diferentes sectores. Cito sus palabras, «atravesando evoluciones decisivas de la realidad internacional y nacional, y por divisiones personales, profundas, declaradas». Lo que nunca falló en Giorgio Napolitano, ni antes ni después, fue el altísimo sentido de las instituciones, que siempre guió su compromiso político, incluso en las pruebas quizás más difíciles para él, como durante los gobiernos de Berlusconi.»

Gentiloni: abierto a todos pero no a la aproximación

En la oración conmemorativa Paolo Gentiloni, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, subrayó cómo «en Bruselas y Estrasburgo todavía se recuerda su compromiso y su capacidad de diálogo, dio ejemplo a sus colegas más jóvenes, estaba abierto a todo y a todos, excepto a la aproximación». Para él, la democracia en Italia, como en Europa, era ante todo el Parlamento».



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